El papa Francisco declara "inadmisible" la pena de muerte y cambia el Catecismo

Isaías Blázquez
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El papa Francisco ha aprobado la modificación del Catecismo católico para declarar "inadmisible" la pena de muerte y ha mostrado el compromiso de la Iglesia en animar a su abolición en todo el mundo, informó hoy la Santa Sede.

El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Luis Ladaria Ferrer, señaló en un comunicado que ha sido autorizado por el pontífice para introducir la nueva postura ante la pena de muerte, recogida en el artículo 2.267 del Catecismo católico.

En el nuevo texto se subraya que "la Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona, y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo".

En la versión antigua del Catecismo no se excluía la pena de muerte "si ésta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto las vidas humanas".

El cambio se debe a que, según el nuevo texto, "hoy está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves" y "se ha extendido una nueva comprensión acerca del sentido de las sanciones penales por parte del Estado".

"En fin, se han implementado sistemas de detención más eficaces, que garantizan la necesaria defensa de los ciudadanos, pero que, al mismo tiempo, no le quitan al reo la posibilidad de redimirse definitivamente", se justifica en el nuevo texto.

Para presentar la modificación del Catecismo, libro doctrinal que recoge las bases del Catolicismo, Ladaria dirigió una carta a los obispos de todo el mundo en la que subraya que el nuevo desarrollo "descansa principalmente en la conciencia cada vez más clara en la Iglesia del respeto que se debe a toda vida humana".

La pena de muerte en el mundo

Amnistía Internacional recoge en su informe de 2017 sobre la pena de muerte en el mundo que, al término del año, 106 países ya habían abolido esta práctica en la ley para todos los delitos y 142 habían acabado con ella en sus legislaciones o en la práctica.

Por otro lado se constataba que las ejecuciones habían disminuido hasta las 993 en un total de 23 países: un 4 % menos respecto a 2016 y una reducción del 39 % en comparación con 2015, un año que con sus 1.634 ejecuciones registró la cifra más cuantiosa desde 1989.

La mayoría de las ejecuciones tuvieron lugar, por este orden, en China, Irán, Arabia Saudí, Irak y Pakistán, y los métodos más frecuentes fueron la decapitación, el ahorcamiento. la inyección letal o la muerte por arma de fuego.

La organización también constató menos condenas a muerte, un total de 2.591 en 53 países, "un descenso considerable" frente a las 3.117 sentencias de 2016.

Una tendencia a la baja en un mundo en el que el pasado año, y pese a la abolición normativa y la reducción de las ejecuciones, aún había al menos 21.919 personas condenadas a la pena capital.

EFE

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