El duro testimonio de Teresa: "me pedía perdón enseguida y yo, como lo quería, lo consentía"

Tania Franco Rodríguez
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Ramón García comenzaba la entrevista como otra cualquiera, presentando a Teresa, una invitada del programa En Compañía de 77 años, que llegaba desde Mérida (Badajoz) para poner fin a su soledad. Una mujer valiente que a pesar de su miedo por "haber sufrido mucho por amor", ha conseguido sacar fuerzas para dar una nueva oportunidad a la vida y al amor.

Estuvo interna con las monjas hasta los 17 años. Cuando salió, conoció al que sería su marido, un estudiante de magisterio que "le gustó porque era muy insistente, atractivo, pero él estuvo detrás de mí mucho tiempo. Era una persona que atraía mucho a todo el mundo, le encantaba cantar, tocaba la guitarra (...) el insistía y yo no quería". Hasta aquí la historia de Teresa puede resultar una historia de amor común, pero al poco tiempo todo dio un giro radical.

A los tres meses de conocerse se comprometieron. Fue a partir de aquí cuando comenzaba un infierno para  Teresa "me pidió un beso y yo le dije que no, que no me parecía correcto y me pegó, me puso la cara morada".

A pesar de esta primera agresión, Teresa le quería tanto que le perdonó y llegó a casarse con él "porque pensé que al casarse cambiaría". El mismo día de la boda su marido tuvo otro mal gesto, no quería que nadie bailara con ella "entonces nos fuimos y empezaron el baile unos familiares míos". Asegura que fue a su noche de bodas presa del pánico porque no sabía nada sobre sexualidad y recuerda que su luna de miel estuvo llena de discusiones todos los días.

Teresa estaba preocupada porque los hijos tardaban en llegar, en aquella época si una mujer no tenía hijos "ya no valías". Pero al final llegaron, tras dos años casada, fue al médico por un dolor de estómago y le dijo que estaba embarazada. Tuvo tres hijos, pero recuerda que tuvieron "mucha ausencia de su padre. Él seguía su vida, haciendo lo que quería, salía, entraba, venía a la hora que quería y yo con los niños".

Su marido ascendió de categoría en su puesto de trabajo y, aunque el dinero no les faltaba en casa, de puertas para dentro nada funcionaba en su hogar. Su marido controlaba el dinero de la casa y no la dejaba trabajar "jamás he sabido lo que ganaba mi marido", afirma.

Teresa aguantó durante años los malos tratos hasta que fueron sus propios hijos los que decidieron intervenir en una de sus discusiones "estábamos discutiendo en el salón y fueron ellos los que le dijeron a su padre que se tenía que ir de casa". Tras 25 años casada y con 48 años, Teresa dio el paso y se divorció, pero "luego me siguió hasta su muerte suplicándome que volviera con él".

29 años después de vivir esa tormentosa relación, Teresa relata todos esos años de dolor con lágrimas en los ojos.

Con esta frase comenzaba la entrevista Teresa, y es que, tras divorciarse de su marido, Teresa da un paso adelante y en un intento de rehacer su vida, da nuevas oportunidades al amor. Ninguna de las dos relaciones siguientes fue fructífera y ambas estuvieron marcadas por 'momentos tóxicos'. En la última, ya pasados los 70 años, admite volver a tropezar con la misma piedra fijándose en un hombre por quien "se quedó rendida pero que era terrible, con un carácter horroroso, como mi marido, no se le podía hablar, todo el día gritando, se enfadaba conmigo y se marchaba, volvía cuando le parecía", a pesar de ello, mantuvo una relación con él durante cinco años y asegura que ha sido por el que más ha sufrido "aguanté de todo".

En su testimonio, Teresa cuenta que durante esta última relación necesitó ayuda psicológica  y asistió a terapia por la profunda depresión que sufría "era inaguantable", asegura.

Ramón García acaba la entrevista enviando un profundo mensaje de cariño a Teresa "vamos a tener muchísimo cuidado contigo y vamos a estar muy pendiente de ti y de todos los hombres que te llamen. Te vamos a cuidar como ninguno de los hombres que has tenido te han cuidado, pero eso vamos a hacer nosotros".

Denuncia en el 016

El 016 atiende a todas las víctimas de violencia machista las 24 horas del día y en 51 idiomas diferentes. Una llamada que no deja rastro en la factura, si bien hay que borrarla del registro de llamadas del teléfono móvil.

El Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha mantiene abierta una línea de atención telefónica de urgencias para mujeres que sufren violencia machista 900 100 114. Este servicio presta información y asesoramiento homologado de manos de profesionales especializados/as en violencia de género.

Los menores también pueden dirigirse al teléfono de la Fundación ANAR 900 20 20 10, y los ciudadanos que sean testigos de alguna agresión deben llamar al 112.

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