La CLM vaciada lo es un poco menos gracias a Marta y sus acciones en Montesclaros

Sara Santos Beato
Seguir al autor

Marta es una joven viajera que ha encontrado el lugar en el mundo en el pueblo de sus padres y abuelos, en Montesclaros (Toledo), una localidad de poco más de 300 habitantes. Allí reparte comida a domicilio a varios vecinos.

Esta trotamundos es justo lo contrario al paradigma de la España vaciada, y es que ella, cansada de trabajar en hostelería y en grandes ciudades, decidió volver al pueblo de su familia. Toda la experiencia profesional que acumula le sirve, ahora, para ayudar a muchos mayores de la localidad.

Marta empezó a trabajar en un catering que llevaba comida a ancianos de varios pueblos pero la empresa cerró. Sin embargo, siguió ofreciendo el servicio en el que ahora es su pueblo.

Trueque de atenciones

Cocina todos los días como si fuese para una familia numerosa y se la lleva a siete de sus vecinos. Pero su atención por estas personas no queda solo en la comida, se ha convertido en compañía y cuidados mutuos, algo que ella llama "trueque de atenciones", por todo lo que los mayores le aportan.

"Es una ayuda para que no tengan que irse a una residencia o para que no tengan que irse del pueblo. Porque ellos quieren estar en su casa", explica Marta. Sin su ayuda, muchos de los mayores de Montesclaros se tendrían que haber marchado, afirma un vecino.

Se llama Marta por la patrona de las cocineras. Y aunque ella no es una santa, en Montesclaros, muchos ya le tienen auténtica devoción.

Temas

¿Desea recibir alertas con las últimas noticias?

not_supported_text.placeholder