Los fósiles de esponjas marinas más antiguas del mundo están en Ciudad Real

Daniel Urda Banegas
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Una investigación internacional en la que participa la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha concluido con el hallazgo de los restos fósiles mineralizados de esponjas marinas más antiguas del mundo en unos depósitos de fosfato en Fontanarejo (Ciudad Real).

Entre los restos fósiles hallados se encuentran las espículas (unidades de sílice que conforman el esqueleto) de dos tipos de esponjas: hexactinélidas y demosponjas.

Estos depósitos fueron descritos por primera vez hace cincuenta años, pero hasta ahora no se habían estudiado con detalle, ha informado la UCM este miércoles en un comunicado de prensa.

Fósiles de esponjas marinas con 530 millones de años

Las espículas de Fontanarejo serían, por tanto, los fósiles de esponjas marinas más antiguas del mundo, ya que tendrían 530 millones de años.

Pablo Suárez, investigador del Departamento de Geodinámica, Estratigrafía y Paleontología de la UCM , ha señalado que es de destacar "que algunas de las espículas se encuentran articuladas, es decir, conectadas unas con otras preservando prácticamente la misma posición que tenían en el organismo original".

Las esponjas pueden tener dos tipos de esqueleto: mineralizados (como el caso de las esponjas manchegas) compuestos de espículas articuladas o no mineralizados, formados por moléculas orgánicas que se degradan. "Las espículas de esponja de estos fosfatos serían las más antiguas encontradas hasta ahora, junto con otros ejemplos de China, con la diferencia de que los segundos son desarticulados, por lo que las espículas de Fontanarejo serían las más antiguas en mostrar tan buena preservación", ha aclarado Suárez.

Los fósiles de esponjas marinas pertenecen al Cámbrico Inferior

Las esponjas son consideradas los primeros animales en evolucionar, por lo que el descubrimiento aporta nueva información sobre la evolución de seres vivos.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores realizaron el trabajo de campo en Fontanarejo en 2019, donde hicieron cartografía geológica y tomaron más de 200 muestras. De ellas, se realizaron 120 láminas delgadas (pequeñas secciones de roca de unas 30 micras de espesor) y se estudiaron mediante diferentes técnicas, tanto de microscopía como de análisis químicos.

Otra de las conclusiones fundamentales del trabajo es la datación de los depósitos. Se sabía que, por comparación con otros equivalentes en zonas cercanas, los de Fontanarejo pertenecían al Cámbrico Inferior (entre hace unos 540 y unos 500 millones de años).

Los fosfatos de Fontanarejo sobre los que han fosilizado las esponjas preservan una gran cantidad de evidencias de un origen asociado con comunidades microbianas, incluyendo la preservación de moldes de filamentos de algunos de los microbios originales.

Las esponjas de Fontanarejo vivieron en una plataforma marina, junto con aquellos microbios y otros organismos y las corrientes y tormentas transportaron todos sus restos a aguas más profundas, donde fueron enterrados bajo otras capas de sedimento, favoreciendo su conservación.

Millones de años más tarde la orogenia Varisca (la que formó Pangea) elevó esos depósitos formando montañas, cuya erosión ha acabado mostrando en su superficie todos esos fósiles en mitad de la Península Ibérica.

EFE

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