La población española volvió a respirar en 2021 aire insalubre, según Ecologistas en Acción

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Daniel Urda Banegas
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En los últimos años, la práctica totalidad de la población española y europea viene respirando aire contaminado, que incumple los estándares recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualizados en 2021.

Así lo recogen Ecologistas en Acción en su último informe sobre la calidad del aire en España durante el año 2021, con el que se pretende dibujar una imagen amplia y fiel de la situación de la calidad del aire en nuestro país, en relación a la protección de la salud humana y de la vegetación.

En el informe, se incluyen las últimas estimaciones globales de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la repercusión sanitaria de la contaminación atmosférica, calificadas como "muy preocupantes".

Toledo y Puertollano superan los límites legales de contaminación del aire

La organización calcula que el 32 por ciento de la población de Castilla-La Mancha vive en las dos zona dónde se superaron los límites legales de partículas contaminantes, el norte de Toledo y la comarca de Puertollano, en Ciudad Real.

El informe también señala a las provincias de Toledo y Guadalajara como las que más ozono registran, debido a la proximidad con Madrid.

Un dato relevante y positivo que se extrae del informe es que, durante 2021, la calidad del aire en España ha mantenido la mejora sustancial, con una reducción notable de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2), dióxido de azufre (SO2) y ozono troposférico, y más matizada de los de partículas en suspensión (PM10 y PM2,5).

Para ser más exactos, el aire contaminado afectó en 2021 a la totalidad de la población española, así como a 400.000 kilómetros cuadrados, el 80% del territorio.

¿Por qué mejoró la calidad del aire en 2021?

Los factores esenciales para explicar la mejoría de la calidad del aire durante 2021 serían:

  • La restricción general de la movilidad y la contracción económica derivadas de las medidas adoptadas para combatir la COVID-19.
  • El cierre de la mayoría de las centrales térmicas de carbón.

La contaminación del aire debería abordarse como un problema de primer orden, ya que cada año se registran hasta 30.000 muertes prematuras en España por afecciones derivadas de la contaminación del aire, según la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA).

Según el Instituto de Salud Carlos III, 10.000 de ellas fallecen en episodios de alta contaminación.

5,4 millones de personas afectadas

En total, 5,4 millones de personas respiraron aire contaminado durante 2021, es decir un 11,3% de toda la población.

En otras palabras, uno de cada diez españoles respiró en 2021 un aire que incumple los actuales estándares legales.

Esta situación supone un descenso de 7,1 millones de personas afectadas respecto a 2019 y de más de 10 millones de personas respecto a 2017 y años anteriores.

Si se tienen en cuenta los valores recomendados por la OMS, mucho más estrictos que los límites legales (y más acordes con una adecuada protección de la salud), toda la población española respiró en 2021 un aire con niveles de contaminación superiores a los recomendados.

Esta situación supone un aumento de 3,1 millones de personas afectadas, respecto a 2019.

Contaminación en las ciudades

La principal fuente de contaminación en las áreas urbanas, donde vive la mayor parte de la población, es el tráfico motorizado.

En determinadas áreas fabriles y en el entorno de las grandes centrales termoeléctricas de carbón y petróleo son estas fuentes industriales las que condicionan de manera decisiva la calidad del aire.

En el resto de las áreas suburbanas y rurales el problema fundamental obedece a las transformaciones químicas de los contaminantes originales emitidos por el tráfico urbano, las industrias y la ganadería intensiva para formar otros derivados como las partículas PM2,5 secundarias y el ozono, de manera que hoy en día no hay apenas territorios libres de contaminación atmosférica.

Un problema específico al que se presta atención en este informe es la repercusión del tráfico aéreo y marítimo en los principales aeropuertos y puertos del Estado.

Estas instalaciones podrían haber tenido una repercusión relevante en la calidad del aire de las ciudades en las que se ubican, pese a la drástica reducción de la navegación aérea y de cruceros.

En los puertos de Almería, Carboneras (Almería), Motril (Granada), Gijón, Tarragona y Escombreras (Murcia) se superaron los límites legales de PM10, por el movimiento y el almacenamiento al aire libre de graneles sólidos.

El aeropuerto de Madrid Barajas registró numerosas superaciones de los estándares legales de ozono.

¿Cómo evitar la contaminación del aire?

La única forma de mejorar la calidad del aire en las ciudades es:

  • Disminuir el tráfico motorizado, potenciando la movilidad activa peatonal y ciclista y el transporte público limpio.
  • Promover el ahorro energético.
  • Adoptar las mejores técnicas industriales disponibles
  • Cerrar las centrales térmicas de combustibles fósiles
  • Penalizar el diésel
  • Reducir el uso del avión
  • Designar un área de control de las emisiones del transporte marítimo en el Mediterráneo
  • Una moratoria de las nuevas macrogranjas ganaderas.

La Ley de Cambio Climático obliga a que todas las ciudades de más de 50.000 habitantes cuenten con zonas de bajas emisiones antes de 2023.

A pesar de ello, la mayoría de las ciudades no están declarando estas zonas.

La crisis sanitaria de la COVID–19 ha demostrado que la reducción del tráfico tiene claros efectos en la mejora de la calidad del aire que respiramos, en las ciudades y en las zonas rurales.

[Informe completo sobre la calidad del aire de Ecologistas en Acción]

Puedes ver la presentación del informe al completo, a continuación:

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