¿Cómo se esparce el odio en Internet y cómo evitarlo? Algunas ideas

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Redacción CMM
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El odio en internet es un fenómeno global que se extiende por la red, de forma rápida y masiva, a través de multitud de plataformas y países y en varios idiomas, según un estudio publicado en la revista “Nature”. Esta rapidez y el gran impacto de los discursos de odio suponen un poderoso caldo de cultivo para la radicalización y un auténtico quebradero de cabeza para los que intentan evitarla.

El entender cómo funcionan los mecanismos por los que se esparce el odio tan eficaz y velozmente es esencial para tratar de detener su avance. Se trata de comunidades interconectadas (no localizadas necesariamente en el mismo lugar geográfico) y muy resistentes a los posibles ataques externos.

Investigadores de la Universidad George Washington han creado un modelo que permite rastrear a estos grupos, para posteriormente prohibirlos o eliminarlos de Internet.

El equipo de científicos, dirigidos por Neil Johnson, se ha propuesto conocer cómo funciona el odio la red. Para llevar a cabo esta tarea, comenzaron estudiar como estos grupos difunden sus opiniones y como captan nuevos miembros. En su estudio, se centraron únicamente en dos plataformas, Facebook y VKontkte (el “Facebook” ruso). Uno de sus descubrimientos fue que este odio es multiplataforma, es decir existe también en otras redes sociales como Instagram o WhatsApp.

Soluciones para reducir el impacto de los haters

Para reducir el fuerte impacto de los grupos de odio en la red, los investigadores han ideado cuatro líneas a seguir. En primer lugar, proponen eliminar los grupos pequeños de haters antes que los grandes porque estos grupos pequeños son muchos más abundantes y, por lo tanto, son fáciles de encontrar y a la larga se evita que se acaben convirtiendo en grupos más grandes.  La segunda política consiste en eliminar usuarios al azar de grupos de odio. La tercera medida a seguir enfrenta a los grupos de odio entre ellos, para así ayudar a los grupos anti-odio que servirían como “sistema inmunitario” contra los grupos de odio en la red. Por último, los administradores de la plataforma introducen un grupo artificial para que interactue con otras comunidades con puntos de vista diferentes, con el objetivo de que luchen entre ellos para diferenciarse. Esta cuarta política está relacionada con la tercera. Sin embargo, para llevarla a cabo es necesaria la intervención de los administradores de las plataformas.

Según los investigadores, todas estas medidas se pueden llevar a cabo a nivel global y en cualquier plataforma online sin necesidad de que los usuarios revelen sus datos personales, algo que siempre había sido un obstáculo. Además, añaden que para combatir con éxito estos grupos, tiene que ser un trabajo conjunto entre los usuarios individuales de las redes sociales, las empresas tecnológicas y las autoridades.

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