FERIAS Y FIESTAS DE TOLEDO 

Así se cuida el agua del aljibe y los botijos para celebrar la Virgen del Sagrario en Toledo

Analíticas, limpieza exhaustiva y alternativas a una tradición que los toledanos celebran cada 15 de agosto en el claustro de la Catedral 

Toledanos y visitantes beben agua de los botijos en el día de la Virgen del Sagrario, Toledo. 15 de agosto de 2023

Toledanos y visitantes beben agua de los botijos en el día de la Virgen del Sagrario, Toledo. 15 de agosto de 2023Mercè Ross, CMM

Redacción CMM
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Los botijos recobran todo su protagonismo en Toledo este martes 15 de agosto, día en que la ciudad honra a su querida Virgen del Sagrario.

La tradición centenaria de "beber agua de la Virgen" regresa, ya con total normalidad, tras cuatro años limitada por la pandemia. En concreto, este año se han dispuesto 34 botijos de barro en el claustro de la Catedral Primada que se rellenan constantemente con agua del aljibe. 

Además, desde hace años también hay varias fuentes para rellenar botellas y esta edición seguirán presentes los vasos desechables que se pusieron a disposición de los visitantes en 2019 como medida anti Covid

Se beba como se beba, el agua del aljibe es segura y te contamos por qué 

Del botijo, en vaso o en nuestra propia botella. Hay muchas maneras de cumplir con una tradición que viene del pasado, pero que se ha ido adaptando a los tiempos, no sólo en materia de confort y alternativas, sino también en seguridad. 

El "agua de la virgen" se extrae siempre del aljibe que hay en el claustro de la catedral y se controla en las horas previas a su consumo. Según explica Jesús Pérez Martín, miembro del equipo de mantenimiento, durante el resto del año el agua del pozo se usa "exclusivamente" para regar el jardín.

24 horas antes: analíticas de agua y limpieza de botijos y circuitos 

En la víspera de la festividad del Sagrario, los técnicos de mantenimiento de la Catedral sacan los botijos de la Sala Capitular, donde han estado al fresco y sin luz solar durante una semana. 

Los lavan hasta tres veces con una solución de hipoclorito, solución que emplean también para lavar los circuitos de agua que dan suministro a los grifos. Después, los botijos se vacían y se almacenan en los jardines del claustro, donde pasarán la noche a la espera de ser llenados a primera hora de la mañana. 

Por su parte, a lo largo del día 14 de agosto, los técnicos de medioambiente del Ayuntamiento realizan hasta tres analíticas del agua del aljibe que previamente ha sido almacenada en depósitos (unos 8.000 litros), una medida que ayuda a controlar su estado y calidad. 

Los valores, que se corrigen con cloro si hubiera alguna anomalía, se vuelven a medir el mismo día 15 de agosto, a las seis de la mañana, antes del primer llenado de los botijos y de la apertura de los grifos, y se sigue controlando a lo largo de toda la jornada. 

Curiosidades: cuánto duran los botijos o cómo se guardan el resto del año

Te desvelamos ahora algunas de las curiosidades que rodean esta tradición tan querida en la ciudad de Toledo.

  • El número de botijos no es estable. Aunque en alguna ocasión se han llegado a poner a disposición de los visitantes 40 botijos, la cifra suele oscilar entre los 20 y 30 recipientes, variando la cifra exacta de año en año. En esta ocasión, hay disponibles 34 botijos.  
  • Dos años, la vida media de cada botijo. Su vida útil depende de distintos factores como el material o tipo de cerámica, pero también de los impactos que haya podido sufrir en traslados o durante su uso el día de la festividad. 
  • Los de barro blanco mantienen mejor el frío, pero son menos duraderos. Se compran en ferreterías y suelen estar hechos en Castilla-La Mancha, lo que es garantía de calidad, según nos dicen los responsables de mantenimiento. En todo caso, han comprobado que los de barro blanco son menos resistentes, pero a su favor tienen la cualidad de preservar mejor el frescor del agua. 

¿Qué pasa después con los botijos? 

Después de cumplir su función durante toda la jornada del Sagrario, los botijos que siguen en buen estado se lavan de nuevo y se dejan secar muy bien. Después, se trasladan a una nave del polígono donde se colocan en palés y se protegen para que lleguen en perfecto estado hasta el próximo año. En este lugar, también se almacena la grifería y los depósitos. 

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