Yemen: muere abatido a tiros el expresidente Saleh

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Elena Labrado Calera
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Ha sido una operación ejecutada con eficacia. Los rebeldes hutíes han detenido con un RPG (lanzagranadas) el coche en el que huía el expresidente yemení Alí Abdulá Saleh y, acto seguido, le han rematado a tiros.

Saleh, de 75 años de edad y antiguo presidente de Yemen durante más de 3 décadas, había sido aliado de los rebeldes hutíes hasta hace tan solo 3 días. Cuando, deseoso de volver a gobernar, Saleh se lo jugó todo a una carta, una mano que ha perdido.

Rompió su acuerdo con los hutíes, chiíes cercanos a Irán, para regresar al paraguas del otro bando, el suní de Arabia Saudí, que interviene en la guerra apoyando al actual mandatario yemení, Abdrabbuh Mansour Hadi. Un movimiento que le ha costado la vida.

El líder de los rebeldes hutíes, Abdulmalik al Huthi, ha calificado como "excepcional e histórica" la muerte de Saleh y ha defendido que con ello se ha evitado una conspiración extranjera. Al Huthi ha felicitado a los yemeníes "en este día histórico, excepcional y magnífico en el que la conspiración de la traición ha fracasado". "Este es un día negro para las fuerzas de la agresión", ha añadido, en aparente referencia a la coalición militar que lidera Arabia Saudí.

Según Al Huthi, el levantamiento de las fuerzas leales a Salé contra los hutíes, con los que habían estado aliados durante los dos últimos años, era la mayor amenaza a la que se había enfrentado el país, pero ha sido derrotada en 3 días.

Aún es pronto para saber hasta dónde van a llegar las consecuencias del asesinato de Saleh, pero los enfrentamientos entre los distintos bandos se han recrudecido en la capital, Saná, y fuera de ella, y se prevé que haya más violencia en un conflicto que ha dejado ya en torno a 10.000 muertos, 50.000 heridos, más de 2 millones de desplazados y una catástrofe humanitaria que desangra el país.

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