40 años de Constitución, 40 hitos : Retratos de la sequía

David Centellas Navas
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[Este reportaje forma parte del especial de 40 reportajes sobre cómo ha afectado la democracia y la Constitución a Castilla-La Mancha en estos 40 años]

Un insólito incendio se adueña del subsuelo de las Tablas. Cuatro inviernos sin agua secan el carbón vegetal formado durante 300.000 años prende solo.

"El material se encoge como si fuese una esponja de baño. Se producen grandes grietas, el suelo pierde su estructura pero lo peor es que a través de esas grietas el aire entra en contacto con ese material que debería estar inundado", asegura Carlos Ruiz, director del Parque Nacional.

"Una de las veces que estuve metí el pie y me fui al fondo. El agrietamiento que había era muy grande y cuando las grietas en superficie son grandes en profundidad, claro está", opina Rosa Mediaviolla, científica.

No se me olvida

Retrato que Julio Escudero, el último pescador de las tablas no olvida.

"Como yo es que he vivido de él y he nacido de él y se secó y seguíamos viviendo de él, pues no se me olvida. De noche lo estoy viendo", lo ve Julio Escudero, último pescador.

Tampoco Carlos. Él vio la primera columna de humo en esta isla. Era un 26 de agosto, la temperatura alcanzaba los 250 grados y lo único que los guardas del parque nacional podían hacer era compactar el terreno con maquinaria pesada.

"Realmente sabíamos que nos estábamos jugando el futuro de las Tablas de Daimiel. Nos generó un gran desasosiego, una gran preocupación y fueron unos días muy malos", recuerda Carlos Ruiz. "Las llamadas eran continuas y un poco preocupadas, es que no era el primer incendio que sufrían", dice Rosa Mediavilla. Ella, desde el Instituto Geominero, no se despegaba del teléfono: temía que el fuego asolara las lagunas sin agua.

El río Guadiana resurgía y el humedal cerraba así su capítulo más negro.

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