Urbanizar sobre el cauce de los ríos ha agravado las inundaciones por la DANA, según Cátedra del Tajo

Las inundaciones que se produjeron en multitud de municipios toledanos, alrededor de 18, durante las primeras semanas de septiembre por la DANA habrían sido mucho más destructivas por culpa de las "poco adecuadas" técnicas de encauzamiento y soterrado de ríos urbanos y arroyos.

Al menos así lo cree la Cátedra del Tajo en su último informe: "¿Qué se puede hacer para evitar daños en la próxima DANA?".

Además, estas inundaciones también han estado "agravadas por una arriesgada ordenación urbanística" en los municipios afectados. Y es que urbanizar sobre el cauce de los arroyos y sobre su llanura de inundación supone aumentar las situaciones de riesgo en caso de producirse una riada.

En las lluvias torrenciales de los días 3 y 4 de septiembre, cayeron 267 litros por metro cuadrado en Mocejón, 122 litros/m2 en Orgaz o los 119 litros por metro cuadrado en Toledo, con la particularidad de que en Toledo, cayeron 90 litros por metro cuadrado en una hora.

Se urbaniza sobre cursos de agua

Todas las localidades inundadas se ha urbanizado sobre cursos de agua y su llanura de inundación, porque todas tenían tenían cauces atravesando los cascos urbanos.

Además, muchos de los cauces de estos arroyos están "muy degradados" por tener sus márgenes ocupados y alterados y, en casi todos los casos, están desprovistos de su vegetación de ribera.

La degradación es tal en algunos casos que el cauce desaparece bajo caminos, construcciones o cultivos. En otros, el cauce queda reducido a la mínima expresión, constreñido por los usos humanos, y en otros, el cauce discurre entre motas o barreras artificiales.

¿En que municipios sucede esto?

En Toledo son muchas las localidades que pueden servir como ejemplo de estas situaciones, como los siguientes: 

Las modificaciones en la morfología fluvial tienen consecuencias y muy negativas, porque favorecen las inundaciones, ya que favorecen una mayor velocidad y energía del agua. Además, evitan la retención, laminación y esponjamiento del espacio fluvial bien conservado.

Cuando el arroyo llegó a las poblaciones, el agua se topó con el espacio fluvial invadido, urbanizado, encauzado y, en muchos casos, soterrado bajo calles y edificios, por lo que el resultado ha sido calles convertidas en torrentes y un agua con una enorme fuerza destructiva.

¿Cómo solucionar el problema?

Para la Cátedra del Tajo, las meras "limpiezas" y regulación de cauces no sirven por sí solas para evitar las inundaciones. Hay otras muchas acciones que se deberían implantar para evitar las riadas, como aumentar la capacidad de adaptación y resiliencia de las localidades en riesgo para evitar daños de futuras inundaciones o implementar soluciones basadas en la naturaleza, favoreciendo las funciones de retención, laminación y esponjamiento del espacio fluvial. EFE