Cierra el convento de Manzanares por falta de vocaciones tras 426 años de historia

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Sara Santos Beato
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Las monjas de clausura de la Orden de la Inmaculada Concepción abandonan el próximo 17 de junio el convento de Manzanares, Ciudad Real. Esto se debe a la falta de vocaciones. Actualmente solo hay 3 monjas viviendo allí. Durante los últimos meses ha surgido una plataforma para evitar el cierre del convento.

Esta semana se celebran en la iglesia del convento de las Concepcionistas Descalzas las últimas eucaristías, tras el anuncio del cierre definitivo del convento el próximo domingo.

En un primer momento se intentó recoger firmas para conservar el convento de Manzanares. Han conseguido más de 2.700 apoyos de los 5.000 que tienen como meta. La petición reza "Debemos conservar nuestro patrimonio y a quién a lo largo de los siglos ha estado ahí para tender una mano a quién lo haya necesitado".

Entre los comentarios de apoyo a la petición, se puede leer "Las 'levantás' que hacemos mis costaleros y costaleras y yo a estas monjitas, además de que no veo sentido a que se acabe con el convento".

Ahora, lazos azules cuelgan en la fachada para pedir su continuidad. Después de 426 años de historia en Manzanares, la falta de vocaciones está tras el cierre del convento. A día de hoy solo hay 3 monjas, de origen indio, que llegaron ahí en el año 1996.

"Un convento que hacía misa diaria no es desdeñable, porque había mucho sentimiento por parte de los ciudadanos hacia ellas y hacia el convento" relata Julián Nieva Delgado, alcalde de Manzanares.

Cuando ellas llegaron solo quedaban 4 monjas. Y, tras la muerte de las más veteranas, han permanecido solas. Por este mismo motivo se ven obligadas a abandonar su casa. El alcalde señala que se trata de "personas que vinieron muy jóvenes. Vinieron de la India. Y han estado en Manzanares 2 décadas".

Mercedes, Inés y Mari Ángela se van al Monasterio de San José y Jesús María de las Concepcionistas Franciscanas en la calle Blasco de Garay (Madrid). Se marchan emocionadas y agradecidas por todo el cariño que la gente de Manzanares les ha dado durante tantos años.

No es el primer convento de la región que se queda sin monjas por falta de vocación. Hace apenas unos meses, Villamayor de Santiago, en Cuenca, buscaba monjas para su convento. Allí llevaban 3 años desde que las últimas religiosas dejaron el pueblo.

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