El exsacerdote de Ciudad Real, acusado de abusar de 9 menores, se reafirma en su inocencia

Susana Palomo Gómez
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P.J.A. exsacerdote acusado de abusar sexualmente a nueve niños en el Seminario de Ciudad Real entre los años 2013 y 2015 mientras les impartía enseñanza, ha mantenido su inocencia durante la primera sesión del juicio que se ha reanudado este lunes en la Audiencia Provincial tras tener que ser suspendido el pasado mes de septiembre por un fallo de forma durante la fase de instrucción y que la defensa alegó como "indefensión".

Una declaración de inocencia que ha sido confirmada por el abogado del exsacerdote, en declaraciones a los medios tras finalizar la sesión a puerta cerrada, y en las que ha destacado la colaboración del acusado que "ha contestado todas las preguntas de todas las partes" considerando que "ha dado una explicación de todos y cada uno de los aspectos que han sido formulados por el Ministerio Fiscal y por la acusación".

Un talante colaborador que también ha sido puesto de relieve por el abogado de la acusación particular, que representa a tres de los nueve menores ya que, algo que no se suele hacer, ha contestado a todas las preguntas formuladas por esta parte.

Interrogado un menor

Ha confirmado también, que tras la declaración del acusado, solo ha podido realizarse el interrogatorio a uno de los dos menores que estaba previsto que declararan en esta primera sesión de un juicio que está previsto que prolongue durante toda la semana.

Y es que, según el letrado, se ha tratado de dos declaraciones "muy intensas" y ha confesado que esperaba que fuera así, ya que se ha preguntado sobre hechos que atañen a nueve personas, con independencia de que sean menores, pero con "un grado de detalle máximo".

Tocamientos reiterados a los menores entre 2013 y 2016

El Ministerio Fiscal, en sus conclusiones provisionales, recuerda que el sacerdote está acusado de abusar de estos menores en reiteradas ocasiones entre 2013 y 2016 por realizarles tocamientos en distintos lugares, tanto cuando acudían a una piscina pública como en sus habitaciones.

El fiscal considera al acusado autor de 17 delitos de abuso sexual, por lo que pide penas de más de 40 años de prisión y solicita también para él la prohibición de desempeñar actividades que le faciliten cometer hechos delictivos similares.

Igualmente, la fiscalía pide que participe durante cinco años en programas formativos, laborales, culturales u otros similares, así como una inhabilitación especial para cualquier profesión u oficio que conlleve contacto regular o directo con menores durante seis años.

El Papa Francisco firmó la dimisión del exsacerdote

El pasado mes de junio, el Papa Francisco firmó un decreto por el que determinó la dimisión por oficio del exsacerdote encausado y le concedió la dispensa de las obligaciones sagradas que tenía contraídas de su identidad sacerdotal.

La decisión papal se produjo por el comportamiento que ha mostrado el sacerdote a raíz de la pena que le había impuesto la Congregación para la Doctrina de la Fe, encargada de juzgar su caso independientemente de que estaba siendo investigado por la vía penal.

Además, las instituciones eclesiásticas llevaron a cabo una investigación que concluyó con la pena canónica al sacerdote de ser recluido en un monasterio durante cinco años con asistencia espiritual y psicológica.

Esta decisión se envió a la Congregación para la Doctrina de la Fe para que diera su conformidad, de acuerdo con la gravedad de los hechos examinados, como así fue.

Sin embargo, el sacerdote acusado de los abusos se negó repetidamente a comenzar a cumplir la pena que se le impuso por lo que la Congregación para la Doctrina de la Fe decidió proponer al Papa Francisco que retirara su nombramiento como sacerdote, lo que finalmente se ha producido.

El presunto caso de abusos sexuales se conoció en marzo de 2016 cuando el entonces obispo de Ciudad Real, Antonio Algora, dio conocimiento de los hechos al Vaticano y los trasladó a la Fiscalía.

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