Illescas organiza jornadas para "que el alcohol y las drogas no entren en tu vida"

Susana Palomo Gómez
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En Illescas se han podido escuchar este domingo testimonios como el de Aitor García Blázquez, madrileño, pero residente en el Viso de San Juan, Toledo. Pese a su juventud, tiene 25 años, tiene un duro historial como politoxicómano. Empezó a consumir a los 15 años y a los 20 tuvo que ser ingresado por un brote psicótico tóxico. Este episodio le empujó a la abstinencia y a la rehabilitación, porque el otro camino le conducía directamente a una esquizofrenia. Asegura en esta jornada sobre alcoholismo y otras drogas, organizada por la Asociación de Adictos en Rehabilitación de Illescas (AARIF), que tras su desintoxicación no sólo tiene una vida normal, trabajo fijo y una relación muy buena con su familia. Su vida "ha cambiado un 100%", pero confiesa "haber ganado un 300", dice emocionado. Ahora lleva cuatro años en abstinencia, vive en alerta permanentemente, pero no siente ganas ni necesidad de dar un paso atrás.

Aitor ha compartido su experiencia con otro de los 300 asistentes a la decimosexta edición sobre adicciones en Illescas. En este municipio AARIF desde hace más de una década ayuda a enfermos y a sus familiares ofreciendo un lugar donde acudir si quieren información y recibir un tratamiento contra la adicción.  El primer paso, suele venir por un familiar o recomendación de un médico de cabecera que deriva a estas asociaciones.

El proceso de rehabilitación consiste en desaprender para aprender, dice Ángel Jiménez Martín, presidente de la asociación en Illescas y federación de Castilla-La Mancha. "No se trata de dejar de consumir alcohol o drogas sino de mantenerse", recuerda este ex alcohólico. Y en Illescas dan las pautas para hacerlo. Se  trabaja con el enfermo y el familiar porque como asegura Francisco Pascual, doctor y miembro de la asociación "las adicciones no sólo tienen un enfoque médico, sino hay muchos factores que influyen, individuales y colectivos." Lo primero es aceptar la condición de adicto. "Podemos darle tratamiento para quitar ansiedad, pero también se le da al enfermo apoyo psicológico y charlas", añade pascual.

Para este especialista en alcoholismo "la recuperación total del enfermo es posible, pese a que se diga lo contrario". Se consigue hacer una vida normal como lo hace el diabético o un enfermo con cardiopatía. "Con consejos y tratamiento se recupera la vida normal", afirma este médico.

Carlos Javier Martos, enfermo alcohólico, es una prueba de ello. "Bebía demasiado y sabía que tenía problema y no lo quería reconocer", afirma. La asociación le dio pautas y consejos que ahora comparte con otros asociados. Entre ellos, hay muchos familiares de enfermos.

Conchi, por ejemplo, llegó hace 13 años a la asociación pidiendo ayuda para su marido y para su familia porque asegura que esta enfermedad y sus problemas no sólo la sufren los adictos. Su entorno que "paga las consecuencias". Y por eso, recomienda,  cuanto antes,  pedir ayuda; la que le brindó una asociación que confiesa, le devolvió la paz y tranquilidad  y a reconstruir su hogar.

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