Tras el impacto de la Covid-19 en la salud mental, el Colegio de Psicólogos avisa de las listas de espera en CLM

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Redacción CMM
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El Colegio Oficial de la Psicología de Castilla-La Mancha ha denunciado que la falta especialistas en Psicología Clínica en los recursos sanitarios de la región provoca listas de espera de "hasta cuatro meses", situación que califican de preocupante, toda vez que la pandemia originada por el COVID-19 "está produciendo un importante crecimiento del malestar psicológico y de problemas de salud mental" entre la población regional.

Así lo ha indicado, en declaraciones a Europa Press, la decana de dicho colegio, María Dolores Gómez, que ha explicado que si antes de la aparición del coronavirus las instituciones sanitarias ya alertaban de que una de cada diez personas sufría trastorno mental y "solo se destinaba un uno por ciento de los recursos sanitarios para poder atender esta situación", tras la aparición del coronavirus el Consejo General de la Psicología de España o instituciones dependientes del Ministerio de Sanidad están evidenciando el incremento de la afectación mental.

"Nosotros también hemos constatado dicho incremento", ha aseverado Gómez, que ha detallado que a través del Servicio de Atención Psicológica que por medio del teléfono el Colegio castellanomanchego prestó durante el estado de alarma comprobaron que el 78 por ciento de las llamadas recibidas estaban relacionadas con ansiedad, estados de tristeza, dificultad para adoptarse a la situación y para conciliar el sueño, miedo al futuro e ideas autolíticas.

Planes que no se traducen en recursos

Según Gómez, la atención "inmediata y cercana" que los profesionales del Colegio prestaron por medio del teléfono conseguía disminuir y resolver ese malestar. En caso contrario, derivaron a dispositivos específicos a las personas que consideraron preciso.

"La crisis económica derivada de la sanitaria está aumentado la sensación de miedo, de incertidumbre y de falta de control entre la población que, acusada por los nuevos hábitos de vida, las normas cambiantes y, a veces, la falta de información clara, sufre alteraciones y malestar a nivel psicológico", situación, ha alertado María Dolores Gómez, que repercute en mayor grado en las personas que ya presentaban patologías de salud mental previas.

La dotación sigue siendo "escasa"

Pese a reconocer que las autoridades sanitarias, de forma previa al COVID-19, diseñaron planes estratégicos de salud mental, desde el Colegio de Psicología de Castilla-La Mancha han criticado que esa planificación no se ha materializado en recursos y la dotación siga siendo "escasa".

"No se está traduciendo en un aumento de personal que pudiera atender toda esta problemática no solo desde la atención, sino desde la prevención", ha defendido la decana de los psicólogos castellanomanchegos, convencida de que el elevado consumo de antidepresivos, psicofármacos o ansiolíticos se podría atajar con otras terapias psicológicas específicas que, además, contribuirían a reducir el gasto farmacéutico.

Dicho esto, ha explicado que tanto a nivel nacional como en el caso de Castilla-La Mancha hay una media de seis psicólogos clínicos por cada 100.000 habitantes, lejos de los 18 que presenta la estadística europea o de los 70 que otros países más avanzados, como Suecia o Finlandia, contabilizan.

En base a este reparto, desde el Colegio Oficial han alertado de que en la región hay un psicólogo por cada 16.000 habitantes estadística que impide, entre otras cuestiones, que estos profesionales estén presentes en la Atención Primaria. "Sería eficaz contar con ellos para evitar la cronificación, la patologización y que muchos de los pacientes sean derivados a la atención hospitalaria".

Su decana también ha reclamado la presencia de estos profesionales tanto en las consultas de oncología, como en las Unidades de Cuidados Intensivos o en las de Recuperación, donde los recursos de Psicología "son testimoniales". "No hay una planificación verdadera para dignificar y humanizar esta prestación en enfermedades crónicas o sobrevenidas, cuando está demostrado que mejora la adaptación a la enfermedad y el curso de la misma", ha detallado María Dolores Gómez.

A esta falta de profesionales se añade la escasa convocatoria de plazas de formación en Psicología Clínica, los llamados Psicólogos Interno Residente (PIR), cifra que no contribuye a cambiar la ratio que la salud mental precisa.

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