Un sujetador capaz de prevenir el cáncer de mama, proyecto de una joven conquense

Marina Sñanchez Calleja es la impulsora del proyecto UBRA que combina un sujetador inteligente y una app con inteligencia artificial

Susana Palomo Gómez
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Un sujetador inteligente para detectar enfermedades mamarias como el cáncer de mama en sus estadios más precoces y aumentar, por tanto, las posibilidades de curación. Este el proyecto que dirige Marina Sánchez Calleja, una joven investigadora de la localidad conquense de Montalbo.

Una decena de personas trabajan en el proyecto UBRA, impulsado por Marina y que consta de un sujetador con tecnología y una app móvil. Un herramienta fundamental para diagnóstico precoz especialmente en pueblos pequeños como el suyo.

El uso de la inteligencia artificial

Los datos recogidos por estos sujetadores inteligentes serán enviados, vía bluetooth, a una app que incorporará inteligencia artificial y será capaz de analizarlos.

De esta forma, la usuaria dispondrá de información relevante sobre su estado de salud que le permitirá mejorar el tratamiento y abordaje actual de su enfermedad, agilizando procesos y promoviendo servicios de acompañamiento y programas de salud.

Estudiante de medicina

Marina es logopeda y estudiante de 6º de Medicina en la Universidad Autónoma de Barcelona. En el peor momento de la pandemia, recibió una beca como investigadora de la covid en el Hospital Vall d'Hebron. Precisamente, con este centro va a colaborar con los servicios de Anatomía Patológica, Ginecología y Radiología.

La idea del sujetador

El sujetador inteligente surge de su trabajo en el Vall d'Hebron pero también de su experiencia personal. Como ha explicado en una entrevista en la Universidad Autónoma de Barcelona,  hace dos años a unas amigas de su madre les diagnosticaron cáncer de mama.

Una enfermedad, que según indaga, vive una mujer cada 30 segundos; el 95% de estas mujeres podrían curarse si el diagnóstico se hubiera realizado en un estadio precoz. Sin embargo, ella misma comprueba en el hospital, que se hace una prueba bianual a mujeres mayores de 50 años. El 25% de las mujeres no iban al cribado cuando las llamaban.

Con la idea de unir salud, tecnología y moda, contó con una amiga para desarrollar el concepto y más tarde el modelo de negocio que lograron de la mano del concurso de Premio Ideas Innovadoras Isabel P. Trabal de la Fundación Caja de Ingenieros. De casi 200 proyectos, les seleccionaron.

Este año, se presentaron al programa Explorer del Banco de Santander y ganaron con un equipo formado por diez mujeres de ámbitos como matemáticas, ingeniería, diseño... y empezaron a crear el prototipo del sujetador UBRA. Un producto creado por mujeres dirigido a mujeres.

Una comunidad de mujeres

Ubra ya es una realidad. Tiene su propia página web llamada ubrahealth.com donde se explica no sólo el proyecto sino en qué momento se encuentra y también invita a participar en una comunidad.

La intención es crear una "escuela de mujeres" a las que ofrecerán formación y talleres, asesoramiento y consultas privadas on-line con oncólogos, psicólogos, nutricionistas...

Este proyecto UBRA busca financiación, de instituciones, como la Diputación de Cuenca. Pide apoyo para su investigación, pero también talento para el proyecto

De momento, cuentan con la colaboración del Hospital Vall d'Hebron, que ayudará a validar y realizar los ensayos clínicos.

Lo innovador del proyecto UBRA no es sólo la tecnología sino la creación de esa red entre iguales, que para Marina es crucial.

El sujetador será biodegradable y, aunque le restan años de ensayos clínicos e investigación, espera, algún día, poder haber cambiado la historia de muchas mujeres.

Rodrigo Muñoz/Susana Palomo

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