Alfredo Corell, inmunólogo: "La vacuna mala es la vacuna que está sin poner"

Alfredo Madridano Gutierrez
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Entrevista a Alfredo Corell en Estando Contigo

Pues mira, hasta donde sabemos, parece que sí, tanto la inmunidad natural de nuestro organismo cuando nos hemos infectado, como las vacunas que se están poniendo fundamentalmente en la Unión Europea y que nos tocará a nosotro, tienen efectividad contra las variantes.

Es posible que frente a la sudafricana y frente a la India perdamos un poquito de efectividad, pero solo la perdemos en una de las moléculas que se miran, que todo el mundo sabe que nos miran los anticuerpos. Pero es que las defensas son mucho más que anticuerpos. Entonces las células de nuestras defensas, que están en sangre y que tenemos células de memoria, de momento están resistiendo muy bien a las variantes. Puede que llegue alguna frente a la que ya no sean eficaces, pero de momento yo daría un mensaje de calma porque están siendo eficaces.

Lo que más preocupa son las personas vulnerables, que los citaría en cuanto a edad, sobre todo por encima de 60 años. Siempre hemos dicho que a partir de los 60 años, en cuanto esté toda la población vacunada, y luego las personas que tienen alguna patología crónica de riesgo, tendríamos que afrontar este final de la vacunación de un modo mucho más seguro. Pero si ya me dices que estáis hablando de la franja de los 30 y los 40...¡pues una fiesta! Te diré que yo me vacuno el próximo jueves. Estoy encantado de que me hayan avisado.

Lo llevo diciendo muchas semanas: la vacuna mala es la vacuna que está sin poner. Todas las vacunas que han llegado a ponerse en millones de personas han pasado unos controles de seguridad. El primero: producir efectos adversos graves con muy poca frecuencia; y luego eficacia: fomentar las defensas frente al coronavirus. Ahora, lógicamente, se está haciendo lo que llamamos la fase 4 de farmacovigilancia. Todos los fármacos se siguen, se siguen trazando, se siguen viendo sus efectos, todas, todos y cada uno.

Es más, la vacuna que ha sido más demonizada es la vacuna solidaria. Es la vacuna que la Universidad de Oxford renunció a los derechos de la patente y la empresa fabricante renunció a tener ganancias. Se fabrica, se vende a precio de coste y por eso están 2,5-3 dólares la dosis, para que pueda llegar a todos los países del mundo. Así que yo me enfado muchísimo cuando la gente habla de la vacuna cutre, la vacuna mala, la de botellón... me parece que son unos términos muy inadecuados y yo creo que tenemos que pensar en la inmunización a nivel del planeta, porque si sólo pensamos a nivel de Europa, o incluso a nivel de España, será muy egoísta. Así que esta vacuna, justamente, es la única que puede llegar. Las vacunas de RNA son muchísimo más caras, pero aparte de eso, es que hay que conservarlas a unas temperaturas que muchos países no se pueden permitir esa cadena de frío.

Desde el punto de vista científico y técnico, la segunda dosis debería ser exactamente la misma que se puso en la primera dosis. Me consta que se han hecho y se están haciendo ensayos. En Reino Unido se han hecho ensayos muy buenos para mezclar vacunas y, cuando se habla de mezclar vacunas, se habla en todas las direcciones. Se han hecho ensayos de primera Pfizer, segunda AstraZeneca, al revés y luego primera y segunda dosis de la misma vacuna. Eso es un ensayo para ver cómo funciona la combinación.

En España se ha hecho otro ensayo, se está haciendo. De hecho hoy han dado ya resultados solamente para saber si es mejor dejar solo una dosis AstraZeneca o poner una segunda dosis de Pfizer. Es decir, aquí no nos llevemos a engaño, el ensayo que se ha hecho es eso, para saber si produce más inmunidad, que me pongan una segunda dosis de Pfizer a que no me pongan nada. Y efectivamente, como era lógico, poner una segunda dosis de Pfizer es mejor a que no me pongan nada. Pero lo mejor, mejor es poner una segunda dosis de AstraZeneca, porque es lo único que se ha demostrado científicamente como seguro y como eficaz, de momento.

Lo que sí diría a la gente que tengan miedo de ponerse AstraZeneca como segunda dosis, que no pasa nada, que igual les van a poder poner Pfizer si salen los resultados del Carlos III (como van a salir) entonces que todo el mundo se quede tranquilo. Yo creo que aquí es importantísimo que se vacune uno con la tranquilidad y la esperanza de que sale de esto, no que se vacuna con un miedo atroz y un estrés terrible, porque eso a veces puede hacer que el sistema inmunitario funcione mal.

Claro que sí. Estas vacunas se han preparado con un objetivo fundamental: proteger a las personas vacunadas de tener enfermedad grave o severa, es decir, de proteger que me tengan que ingresar en el hospital o que me pueda morir por el covid. Y ese es el diseño fundamental. No se diseñaron para bloquear absolutamente la infección y bloquear la transmisión.

Por lo tanto, hay un porcentaje de riesgo de tener una covid leve o incluso que ni me entere, pero durante ese tiempo puedo ser infectivo y puedo contagiar a personas de mi entorno. Así que por eso el hecho de estar vacunado no se puede asociar a eliminar todas las medidas preventivas de golpe. Hay que ir poco a poco en esta desescalada de medidas hasta que tengamos más población vacunada.

Lo que sí es importante es que no pensemos que tenemos una funda de plástico y que ya no nos vamos a contagiar. El covid sigue entrando en mi sistema respiratorio y puedo contaminarme incluso sin enterarme y por lo tanto puedo contagiar a seres queridos.

El tema de la liberación de las patentes tiene una doble vertiente, por un lado sería correcto poderlo liberar, pero también es verdad que hay muchos países que, a pesar de que estén liberadas, no van a poder fabricar estas vacunas porque requieren más de 100 componentes distintos que muchas veces no van a poder adquirir, que están agotados, que se están pegando los mercados por ellos. Y luego tienen que tener unas plantas de fabricación muy concretas. Una vacuna de RNA modificado, por ejemplo, que se acaban de empezar a hacer el año pasado, pues no la puede hacer cualquiera. Entonces que no veamos aquí la panacea de que porque se liberen las patentes todo el mundo va a poder poner a fabricar, porque igual lleva un par de años el que con una patente liberada incluso algún país llegue a fabricar. Por eso yo creo que aquí hay que proponer estas vacunas solidarias, estas vacunas que no son de las más caras y que no van a enriquecer a ninguna empresa y que probablemente sean las que nos saquen con un porcentaje alto del planeta vacunado.

En Estados Unidos en los primeros momentos se vacunó todo el mundo que estaba muy convencido, pero han llegado ya a este nivel en el que entre la gente que queda hay algunos no convencidos. En España tenemos una mejor trayectoria en cuanto a las pautas de vacunación y, por ejemplo, del sarampión tenemos al 96 % de la población vacunada. Así que creo que aquí los antivacunas y los negacionistas de todo esto son muy pocos, aunque pueden hacer a veces mucho ruido, como algunos cantantes famosos que estamos oyendo.

La ciencia es la única que nos va a sacar de ésta y de todos los problemas de salud. La vacuna está salvando millones de vidas cada año. Y yo recuerdo que muchas veces las vacunas no las apreciamos porque, claro, no vemos sus efectos. Hoy en día apenas hay personas con poliomielitis de nuestra quinta, porque si queda lo mejor de la época de mis abuelos o de mis padres hay gente, pero no vemos a niños con con miembros deformados por la calle debido a la poliomielitis, porque apenas existe en nuestro entorno. No muere nadie de viruela, que era una enfermedad mortal, porque se ha erradicado. Entonces las vacunas son muy silenciosas porque se ponen a personas sanas y claro, dejamos de ver estas enfermedades tan terribles y no nos acordamos de ellas.

Yo aquí haría un llamamiento a que la ciencia, los investigadores, los investigadores sanitarios son personas con mucha motivación, con muchos principios, con mucha carga ética y que sean conscientes de que no nos atreveríamos a sacar al uso público productos si no tuviéramos la más absoluta seguridad de que son seguros y son eficaces. Así que yo aquí rompería una lanza a favor de la ciencia y de la medicina y que la gente por favor confíe en los científicos y en los sanitarios de nuestro país y de todos los países que están trabajando en esto, por supuesto.

Nos ha faltado muchísima pedagogía. Creo que ha sido el gran suspenso de este año: el ser capaces de comunicar de un modo pedagógico, de un modo educativo a toda la población qué es lo que estaba pasando y los grandes riesgos. Yo entiendo, yo soy el primero que tengo unas ganas tremendas de hacer mis fiestas, fuera aparte de que en algún momento habría que analizar si para festejar algo lo único que se puede hacer es beber alcohol, eso es una cuestión de salud que yo me plantearía también en algún momento, en otro programa. Aparte de eso, todo el mundo tenemos ganas de salir con amigos, de ir a la playa, de ir a un concierto, de ir a una comida, una cena y hay que hacerlo con conciencia. En este momento, estos tumultos lo más que pueden llevar es a desgracias a estas personas, a sus familiares o a sus seres queridos. Porque a pesar de que se sientan impunes y se sientan muy protegidos de la enfermedad, porque no lo han pasado, pueden transmitirla de modo asintomático.

Hay que pedir a la ciudadanía que sea madura. Vamos a abandonar las mascarillas en exteriores en muy poco tiempo y esto ya nos va a dar una sensación de esta llamada libertad, que yo no me he sentido carente de libertad estos meses, me he sentido bajo las normas de una pandemia. A esto no llamaría que hubieran restado mi libertad. Simplemente hemos tenido que vivir de otra manera y sabíamos que íbamos a volver a esta libertad. Es bueno que seamos responsables, que seamos cívicos y que esa vuelta a la normalidad lenta, poco a poco la hagamos con conciencia, porque si no, insisto, yo creo que pueden llevarse un disgusto y cargar con culpas y responsabilidades el resto de su vida. Y además, no hay que hacer especialmente responsables, como se ha hecho en algunos medios, a los jóvenes. Yo estoy viendo a gente de muchas edades.

Hay jóvenes tremendamente responsables. Yo no creo que haya que criminalizar a una franja de edad. Pueden ser a lo mejor mayoritarios, pero no son los únicos. Yo que estoy en el ámbito universitario y tengo muchos estudiantes, te aseguro que hay jóvenes muy, muy, muy responsables y que lo están haciendo bien, así que no les criminalicemos. Creo que aquí la irresponsabilidad y el libertinaje, que no libertad, está en muchas ciudades.

Estando Contigo se emite de lunes a viernes, a las 12:15 h en Castilla-La Mancha Media con Julia Rubio y Alfonso Hevia.

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