Consolación González Rico presenta su última novela 'Las Marcas del carbón'

Redacción CMM
Seguir al autor

Consolación González Rico presenta su última novela, 'Las marcas del carbón', precuela que cierra la trilogía histórica que comenzaba con 'Una mujer de la Oretana' y, continuaba con 'La vida que perdimos' .

Esta última novela de la escritora de Torrecilla de la Jara recoge dos siglos de historia de una humilde saga familiar de la comarca de La Jara. Destapa las vidas de una misma saga familiar en las tierras toledanas del Valle del Gévalo y los pueblos de la Jara que sufrieron y gozaron los avatares del tiempo.

'Una mujer de la Oretana' fue el inicio de todo, una ficción que tiene como eje transversal "reivindicar el papel de la mujer. De esas mujeres rompedoras, que van más allá de su tiempo y que hacen cosas que eran impensables para ese tiempo" confiesa su autora. Consolación explica que esa primera novela "no iba a ser una trilogía", pero darle continuidad y explicar la historia del personaje de Federico Muñoz Mencía la empujó a continuar la saga.

Esta novela es el inicio de una saga familiar en una etapa histórica agitada y fundamental para el futuro de España. Confiesa la autora que "el ser humano puede vencer a la historia y sobreponerse al entorno".

Las tres novelas tienen en común personajes históricos reales que atraviesan las temáticas de la obra y que ayudan a conocer realmente cómo vivieron esos años la gente de esos pueblos.

Ambientada en Robledo de Mazo, en esta novela encontramos hitos históricos destacables de los siglos XIX y XX. La autora presentó en esta localidad toledana su libro, "un sueño cumplido" ya que para Consolación era "una ilusión presentar la novela en los lugares donde se desarrolla la novela".

finalista del Premio Planeta en 2001 y ganadora del X Premio de Narrativa Alfonso VIII de la Diputación provincial de Cuenca en 2008

LAS MARCAS DEL CARBÓN

Federico Múñoz Mencía, es un hombre a las puertas de la vejez, que acaba de perder a las dos únicas mujeres por quien fue capaz de sentir apego, se echa al monte huyendo de sí mismo. Enfermo y gastado, evocará sus oscuros orígenes en la garganta de las Lanchas, donde Elvira, su madre, atendía a una cuadrilla de bandoleros carlistas que allá por el año 1836 saqueaban los pueblos toledanos.

¿Desea recibir alertas con las últimas noticias?

not_supported_text.placeholder