Se esclarece el caso de Juana Canal 20 años después de su desaparición tras la confesión de su expareja

Susana Palomo Gómez
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Jesús P.H., el que fuera novio de Juana Canal en el momento de su extraña desaparición en 2003, ha confesado este jueves a los agentes que enterró su cadáver en la finca de Navalcruz (Ávila), a la que volverá hoy para marcar los puntos donde estarían sepultados sus restos, han indicado a Europa Press fuentes de la investigación.

La expareja de Juana, feriante de profesión, fue detenida ayer miércoles después de que el dispositivo de búsqueda hallara hace unos días más restos óseos en el mismo paraje de Ávila donde se localizaron más huesos en 2019.

El hombre fue arrestado cerca de Torrejón de Ardoz y se le trasladó a la finca de Ávila cercana al lugar donde aparecieron los restos en un dispositivo conjunto de Policía Nacional y la Guardia Civil. Fuentes de la investigación consultadas por Europa Press confirmaron que en las batidas en la zona de Navalacruz se habían encontrado restos óseos, pendiente de análisis, pertenecientes a un fémur y la cadera.

Además, la jueza que investiga el crimen de Juana autorizó el pasado septiembre un pinchazo telefónico para controlar las conversaciones de la expareja de la víctima.

Según las pesquisas, la expareja se habría delatado en una de las conversaciones telefónicas e incluso habría apuntado a la posible participación de una tercera persona en el traslado del cadáver del piso de la madrileña calle Boldano, en el distrito de Ciudad Lineal, donde se habría ejecutado presuntamente al crimen a la zona boscosa de Ávila donde se están hallando los huesos.

La Policía Nacional y la Guardia Civil de Ávila pusieron en marcha el pasado 17 de octubre en el término municipal de Navalacruz un dispositivo de búsqueda de restos mortales de Juana Canal Luque, la vecina de Ciudad Lineal desaparecida en febrero de 2003 y cuyo cráneo apareció en 2019 en esta zona.

La búsqueda se centraba en una zona de Ávila frecuentada por el sospechoso, la pareja de Juana de entonces, y donde se halló el cadáver en 2019. Una de las hipótesis de la Policía es que la víctima fue asesinada en su propio piso en Madrid y posteriormente su cadáver fue trasladado.

En el momento de su desaparición, Juana Canal tenía 38 años, dos hijos y estaba divorciada, aunque tenía una nueva pareja.

En febrero de 2003 uno de los hijos de Juana encontró en el piso familiar una carta en la que la pareja de su madre, el ahora detenido, le decía que ella se había marchado después de una "discusión" y de haber ingerido muchas "pastillas".

La familia no volvió a saber nada de ella hasta finales del pasado junio, cuando a través de la asociación SOS Desaparecidos la Policía Nacional le comunicó que unos restos óseos hallados por un senderista.

Actualmente, el juzgado de Ávila encargado del caso está impulsando diligencias, como los nuevos rastreos o la inspección de la Policía Científica y Judicial realizada a finales de septiembre en la casa donde vivía Juana.

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