La próxima versión de las “mascarillas del CSIC” llevará viricida: hablamos con su inventor

Mascarilla del CSIC

Redacción CMM
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Dice José María Lagarón que cuando pasea va con una mascarilla sencilla, higiénica. “Pero en sitios cerrados como el metro o el autobús, donde el aire recircula sin mucha filtración, no tiene duda: "mi familia y yo, todos con mascarillas del tipo Equipo de Protección Individual (EPI)”.

Ellos usan una, en concreto, cuyo desarrollo él mismo ha liderado: las conocidas como "mascarillas del CSIC", máscara autofiltrante Palens PLNS1619. Son FFP2, con un tiempo de uso más largo, hechas en España y con nanofibras. Resultan de una cooperación entre el Centro Superior de Investigaciones Científicas, donde Lagarón trabaja, y Bioinicia, una empresa que él fundó y que es un “spin-off” salido del propio CSIC.

De la primera hornada de mascarillas ya hay “más de 400.000 pedidos sólo de la primera semana de septiembre”. La segunda versión, ya con viricida, saldrá en las mascarillas que se produzcan “en un par de semanas”, según ha anunciado el investigador a CMM Digital.

Tras algunos problemas de distribución, “próximamente” se podrán comprar en su propia tienda online de la empresa y en Amazon. “En agosto no conseguimos ningún distribuidor que consiguiese hacer el trabajo y hubo quejas por los retrasos. Bioinicia ha decidido crear su propia tienda online y en Amazon. Cuando haya un exceso de mascarillas, se van a servir también a distribuidores de farmacias y supermercados”.

Nanofibras contra el SARS-CoV-2

Lo que han patentado es un método propio de filtración llamado Proveil. Se trata, explican en la empresa, de “una capa extremadamente delgada de nanofibras, con diámetros más de diez veces inferiores que las fibras convencionales, que proporciona una filtración mecánica altamente efectiva para partículas pequeñas en el aire sin que la eficiencia se reduzca con el tiempo”.

El problema que han solucionado, afirma la empresa, es el de que otras mascarillas, con otros tejidos menos evolucionados, van perdiendo el efecto electrostático al ir humedeciéndose con el aliento, algo que no ocurriría con esta nueva tecnología.

La mascarilla en sí es un Equipo de Protección Individual, que son los que tienen una capacidad de filtración superior al 94%, pero no a bacterias, como las quirúrgicas, sino a aerosoles finos del orden de 300 nanómetros. Además se tienen que sellar a la cara y se exigen niveles de respirabilidad muy altos, explica Lagarón.

Críticas a las "mascarillas del CSIC"

Hay quienes critican este tipo de mascarillas, precisamente porque hasta ahora no incluían viricida. “Pueden mantener el virus en la superficie, porque normalmente cuando respiras, el virus se queda fuera. Luego puedes tocar la máscara con la mano y traspasarlo”, asegura a CMM Juan Ignacio Núñez, responsable de una empresa que fabrica mascarillas reutilizables con fibras de plata como viricida.

Lagarón explica que a partir de ahora van a incluir un compuesto que neutralizan. “La mayor parte de las partículas pasarán la capa exterior, con huecos grandes, y se quedarán atrapadas en la capa intermedia. Ahí es donde queremos que se inactiven y ahí es donde es efectivo un agente viricida: donde se paran los aerosoles”. Van a utilizar un sólido, “aún no te lo puedo decir cuál”, pero que es una sustancia “que tiene todos los permisos para uso en farmacia y en biomedicina. "Estarán dentro de las fibras. Tenemos un certificado de que en dos horas de contacto desactiva al 97% del virus”.

Aunque son más ligeras y según la empresa pueden durar hasta dos días, nada las distingue de otras FFP2, según la farmacéutica Gema del Caño.

Las FFP2

Las "mascarillas del CSIC" son, además, caras: Un paquete de diez unidades costaba hasta ahora 30 euros, más los gastos de envío.

?Compartimos de nuevo con vosotros el comunicado sobre la media máscara autofiltrante Palens PLNS1619, en el que se pueden consultar:

¿Es realmente necesario para el público el uso de mascarillas de tipo FFP2? “Mi recomendación es: si estás en un sitio cerrado de trabajo, en un espacio donde interaccionas a una distancia corta de otras personas, y no hay renovación sino recirculación de aire, se deben utilizar EPIs. Si se va por la calle, basta con una quirúrgica, porque en un ambiente con aire circulando las probabilidades de contagio son muy bajas. Los aerosoles cuando hay corrientes se diluyen enseguida”, explica, “mientras que las gotículas caen a metro o metro y medio o son detenidas por la mascarilla quirúrgica”.

Tres tipos de mascarillas

Hay tres tipos de mascarillas, según el ministerio de Consumo: Las higiénicas, las quirúrgicas y las EPI.

Las mascarillas higiénicas son un complemento a las medidas de distanciamiento físico e higiene recomendadas por el Ministerio de Sanidad en el contexto de la pandemia de la COVID-19. Cubren boca, nariz y barbilla y están provistas de un arnés que rodea la cabeza o se sujeta en las orejas. Suelen estar compuestas por una o varias capas de material textil y pueden ser reutilizables o de un solo uso. “No se tienen que fabricar en una ‘sala blanca’ (con especiales medidas de higiene) y tienen los niveles más laxos de protección”, añade Lagarón.

Las mascarillas quirúrgicas: Las clásicas que se ven en las salas de operaciones. Su objetivo es evitar que el personal sanitario y los pacientes infectados (o sospechosos de estarlo) transmitan agentes infecciosos. Estas mascarillas están diseñadas para filtrar el aire exhalado. Su misión es proteger a quienes están a tu alrededor, evitando la dispersión vírica al estornudar, toser o hablar. Según el poder de filtración bacteriana se distinguen entre

Tipo I: filtración a bacterias al 95%. (CIVILES)

Tipo II: Al 98%. (SANITARIAS)

Tipo II/r: Al 98%. (SANITARIAS QUIRÚRJICAS)

EPIs: Tienen como finalidad filtrar el aire inhalado evitando la entrada de partículas contaminantes en nuestro organismo. Según su eficacia de filtración pueden ser de tres tipos: FFP1, FFP2, y FFP3. Por su parte, aquellas con filtros contra partículas se dividen en P1, P2 y P3.  “Filtran los aerosoles finos en lo que viaja el virus”, explica el experto del CSIC., si lo pones ahí, sí que funciona, porque se quedan

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