Personalizada, sin segregación... así es la nueva ley de Educación (LOMLOE)

Susana Palomo Gómez
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De la LOMCE a la LOMLOE, la ley de Educación de Celaá pretende derogar a la conocida como Ley Wert. El proyecto de Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación tiene pone en el centro del proyecto al alumnado y a su talento, sea el que sea, ha señalado la ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá tras el Consejo de Ministros.

Se trata de que haya enseñanza personalizada que trate la diversidad del talento a través de distintas metodologías. "Con un currículum mucho más competencial y menos enciclopédico y memorístico" ha apostillado la ministra.

Con la denominada ley Celaá buscan que no haya segregación en el alumnado (ni la entrada ni en la salida)

Ha hablado de un proyecto de ley que empieza con periodo infantil de 0-6 con requerimientos mínimos en la etapa de 0 a 3, evitando que existan tratamientos que no sean con la calidad educativa mínima requerida.

La Educación Primaria se desarrollará a través de ciclos (de dos años cada uno)

En la etapa de Educación Secundaria se eliminarán los itinerarios que trazó la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) y habrá distintos caminos con los que se llegará a una titulación única que es la Enseñanza Secundaria Obligatoria.

A partir de ahí se irá a un Bachillerato o FP de igual categoría

Los cambios educativos, paso a paso

Grafismo del Ministerio de Educación

Entre las cuestiones o deberes que se pone el Gobierno

  1. En el plazo de un año el Gobierno presentará un modelo para la carrera docente que al incorporarse al centro educativo será acompañado durante un curso escolar para mejorar su práctica.
  2. Se obligan a incorporar y avanzar de manera gradual en la incorporación del 0-3
  3. Avanzar en una escuela inclusiva, participativa con Consejos Escolares que sean órganos de gobierno

La ley contempla la Educación para el Desarrollo Sostenible y digital y  la Educación digital

El texto aprobado este martes es idéntico al que hace un año logró el visto bueno del Gobierno de Pedro Sánchez antes de disolver las Cortes. De este modo, la reforma evita pasar de nuevo por los órganos consultivos e iniciará directamente el trámite parlamentario.

En el Congreso se debatirá en la Comisión de Educación y Formación Profesional, donde los grupos parlamentarios podrán presentar enmiendas al texto y postergar durante meses su definitiva aprobación, que requiere de mayoría absoluta, con el apoyo de 176 diputados, mientras PSOE y Unidas Podemos, socios de Gobierno, suman 155.

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