Irán inaugura 30 centrifugadoras y se aleja cada vez más del acuerdo nuclear de 2015

Irán contra EE.UU.

Elena Labrado Calera
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Irán ha inaugurado este lunes una cadena de 30 centrifugadoras IR-6 avanzadas y ha anunciado un aumento en la producción de uranio enriquecido, lo que en la práctica reduce su cumplimiento del acuerdo nuclear firmado en 2015.

Sobre la producción de uranio,  el jefe de la Agencia de Energía Atómica de Irán (AEAI), Ali Akbar Salehí ha revelado que Irán produce actualmente cinco kilos de uranio enriquecido al día, diez veces más que hace dos meses.

Las autoridades iraníes comenzaron a reducir el cumplimiento de sus compromisos con el pacto nuclear de 2015 en mayo pasado, un año después de la retirada unilateral de EEUU, que ha impuesto además sanciones a Teherán.

Irán empezó el pasado julio a enriquecer uranio al 4,5 %, por encima del 3,67 % permitido en el pacto, y superaron en unos 60 kilos el límite de almacenamiento de este material, estipulado en 300.

En cada ocasión Teherán ha dado un plazo de 60 días para que el resto de firmantes del acuerdo nuclear (Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania) tomen medidas prácticas con el fin de contrarrestar las sanciones estadounidenses, aunque, hasta ahora, para los iraníes los esfuerzos de Europa "no han dado resultados tangibles".

El acuerdo prevé importantes limitaciones técnicas en el programa nuclear de Irán para evitar que el país se haga con la bomba atómica a cambio de levantamiento de las sanciones internacionales, por lo que las medidas punitivas de EEUU lo han dejado en entredicho.

El 40º aniversario del asalto a la embajada de EE.UU. en Irán

Este anuncio de las autoridades iraníes se produce justo cuando se cumplen cuarenta años del asalto a la embajada de Estados Unidos en Teherán y la toma como rehenes de 52 funcionarios estadounidenses durante 444 días. Hechos que condujeron a una ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambos países, que continúa hasta la actualidad. Estos son los nuevos murales antiestadounidenses pintados en las paredes del edificio de la antigua legación diplomática de EE.UU. con motivo de este cuarenta aniversario:

Este suceso se produjo nueve meses después del triunfo de la Revolución Islámica de 1979 en Irán liderada por el ayatolá Ruholá Jomeiní y coincidió con el asilo otorgado en EEUU al último shá, Mohamad Reza Pahlaví.

También hoy, Estados Unidos ha impuesto sanciones contra nueve figuras del círculo del líder supremo iraní, Ali Jameneí, y ha exigido la liberación de los ciudadanos estadounidenses que aún siguen retenidos en Irán.

La influencia regional iraní sacudida por las protestas en Irak y Líbano

El último paso dado por Irán alejándose del acuerdo nuclear de 2015 tiene lugar también cuando su diseño regional, el de su influencia en Oriente Próximo, se tambalea en dos frentes, a cada cual más importante: Líbano e Irak.

En Irak, han fallecido ya cerca de 300 personas y el país vive estos días una segunda oleada de protestas. Manifestaciones que, desde el pasado 25 de octubre, han sacado a miles de iraquíes a la calle para pedir un cambio en el sistema de gobierno, basado en la corrupción y el sectarismo.

Pero no solo eso, porque durante las concentraciones ha habido muestras de rechazo al papel de Irán en el país árabe, donde tiene una fuerte influencia y mantiene estrechas relaciones con el actual Gobierno.

Mientras, en Líbano, gran bastión del poder iraní regional, su gran aliado, el poderoso partido-milicia chií Hezbolá, pasa también por momentos difíciles por una oleada de protestas contra el Gobierno y la élite política hasta cierto punto espontánea y ante la que le ha costado reaccionar.

En su última alocución, el líder de Hezbolá, Hasán Nasralá, ha pedido que se forme un nuevo gobierno "en los próximos días" y ha emplazado a esta administración a escuchar las demandas de los manifestantes, si bien ha advertido del supuesto aprovechamiento político de la última ola de protestas.

La organización chií rechazó en un primer momento la dimisión del Gobierno y del primer ministro libanés, Saad Hariri, y se opuso a las protestas que, aseguran, son una injerencia de Estados Unidos en los asuntos internos del país.

AGENCIAS/CMM

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