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Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, dimite: 'No me queda energía'
La primera ministra asegura estar "exhausta física y emocionalmente".
Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda
La primera ministra de Nueva Zelanda, la laborista Jacinda Ardern, ha anunciado que dejará su cargo el próximo 7 de febrero al no tener "la energía" para presentarse a la reelección este año y volver a estar al frente del gobierno "otros cuatro años más".
"No me presentaré a la reelección. Y mi etapa como primera ministra terminará no más tarde del 7 de febrero", apuntaba.
Jacinda Ardern asegura estar exhausta física y emocionalmente. La reacción de los neozelandeses ha sido muy dispar, desde la sorpresa, la pena, hasta la alegría por su marcha.
"Sé lo que este trabajo exige. Y sé que ya no tengo la suficiente gasolina en el depósito para hacerlo bien. Es así de simple".
Una dimisión atípica
La noticia ha sorprendido a prácticamente todo el mundo, ya que no es común que un alto dirigente presente de esta forma su dimisión cuando está en lo más alto, aunque las últimas encuestas no estaban siendo muy favorables. Sin duda, una sinceridad muy pocas veces vistas en política.
"Soy humana. Los políticos somos humanos".
La renuncia de Jacinda Ardern ha dado mucho de qué hablar y ha llevado a todo el mundo el debate sobre la dimisión de personajes públicos ante circunstancias "excepcionales", por ejemplo, a países como el nuestro.
De ahí que muchos nos preguntemos si en España nuestros políticos harían lo mismo en el caso de verse saturados por sus responsabilidades como dirigentes del país. O el mismo debate podríamos trasladarlo a la calle.
La primera ministra más joven
Jacinda Ardern es la primera ministra más joven de Nueva Zelanda, y también ha sido la más popular fuera de sus fronteras.
Conocida internacionalmente por su simpatía, amabilidad y su espíritu feminista, en su mandato se ha enfrentado a la pandemia, un volcán y la masacre racista de Christchurch.
En octubre de 2020, consiguió revalidar su mandato con una aplastante mayoría y que el Partido Laborista gobernarse en solitario, algo que ninguna formación neozelandesa había logrado desde la reforma electoral de 1996.
EFE
