Las centrales hidroeléctricas de bombeo podrían evitar un nuevo apagón

Las centrales hidroeléctricas de bombeo podrían ser la clave para evitar un nuevo gran apagón. Pero, ¿qué es una central de bombeo?

Su funcionamiento se basa en un sistema de dos embalses: uno superior y otro inferior, separados por un desnivel de 500 metros. Ambos están conectados por una enorme tubería de un kilómetro de longitud y casi cinco metros de diámetro. Durante los periodos de baja demanda, se bombea el agua desde el embalse inferior hasta el superior, almacenando así energía en forma de agua potencial.

La central más grande de toda Europa está a tan solo 30 kilómetros de Castilla-La Mancha y se alimenta del caudal del río Júcar.

Se trata del complejo hidroeléctrico Cortes–La Muela, ubicado en el interior de la provincia de Valencia, en las montañas de Cortes de Pallás.

En toda España existen apenas una veintena de centrales de este tipo. Pero tras el apagón que afectó a parte del país el pasado 28 de abril, estas infraestructuras han cobrado protagonismo.
En el caso de Cortes–La Muela, este embalse superior actúa como una auténtica gigabatería, con una capacidad de almacenamiento de hasta 24 GWh. Suficiente para abastecer a siete millones de personas durante 16 horas ininterrumpidas, tal y como ocurrió durante el reciente corte eléctrico.

En momentos de emergencia, como el ocurrido a finales de abril, basta con abrir las compuertas para que el agua caiga y active las turbinas situadas en una caverna excavada a más de 80 metros de profundidad. Desde allí, la energía se transforma en electricidad y se inyecta directamente a la red.

La rapidez de respuesta es uno de los mayores logros de estas centrales: pueden ponerse en marcha en menos de cinco minutos, algo que otras fuentes renovables aún no pueden igualar. Además, permiten almacenar excedentes de producción y reducir significativamente las emisiones de CO₂, evitando la emisión de hasta 160.000 toneladas al año.

El reto, sin embargo, está en los tiempos de construcción. Levantar una central de bombeo como esta lleva una media de cinco años. Por eso, muchos se preguntan si España está lo suficientemente preparada en caso de que se repita un apagón masivo.

¿Y si la solución ya estuviera bajo nuestros pies, escondida en las montañas?