EN PROFUNDIDAD

Las grúas vuelven al Quiñón

Quince años después de ser un símbolo del estallido de la burbuja inmobiliaria esta zona vuelve a estar en obras

Redacción CMM
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La urbanización del Pocero en Seseña se convirtió en uno de los grandes símbolos del estallido de la burbuja inmobiliaria. Aquel mega proyecto de 13.000 viviendas quedó en apenas 5.000 y dejó un barrio fantasma. Hoy, ese icono de la construcción, tiene nueva vida.

En el Quiñón suenan las obras, hay en marcha una promoción que atrae a centenares de madrileños, con un atractivo imbatible, los precios. Se construyen 80.000 viviendas al año en España. Pocas, muy pocas. Harían falta 200.000. Somos el cuarto país de Europa, por la cola, en edificar/levantar vivienda pública.

El precio de los inmuebles se ha disparado. Es el más alto de los últimos 16 años. Superamos en 10 puntos el esfuerzo recomendado de los hogares en el pago de una hipoteca. (39,7%) según el Banco de España. Y dedicamos 7 años y medio, al menos de salario bruto.

Es el mercado de la oferta y la demanda. Porque hay mucha demanda para tan poca oferta.

Hace unos meses que el sonido de las obras ha vuelto a la urbanización de El Pocero, en el Quiñón. El que fuera el símbolo de los excesos urbanísticos. Desde septiembre hay dos grúas a la vista de los vecinos de esta macrourbanziación. No es mucho pero es el principio.

Desde hace 15 años que nadie había vuelto a edificar en esta zona. En el mismo lugar, se proyectaron más de 13.000 viviendas en mitad de la nada. Un auténtico pelotazo inmobiliario y la crónica de un souflé desinflado.

Apenas se edificaron 5.300, la mayoría acabaron en manos de los bancos, los solares abandonados. La burbuja inmobiliaria había estallado. Con poco más de 100 vecinos, sin servicios básicos, se quedó en ciudad fantasma. El Quiñón pasó a ser el símbolo del estallido de la burbuja inmobiliaria, de la crisis del ladrillo.

Los precios de las viviendas pasaron de costar 1.700 euros el metro cuadrado a poco más de 600 a finales de 2013. En manos de los bancos se vendían a precio de saldo. A partir de ese momento, ese sería su principal atractivo. Los carteles de se vende o se alquila duraron poco. El precio ha vuelto a doblarse (1.600 euros metro cuadrado)

"Cuando en una zona de una ciudad hay mucho cartel de se vende puedes tener la sensación o la impresión de que hay gente que se quiere desplazar de aquí a otras zonas, pero aquí eso no pasa".Rafael González Cobos, Grupo Inmobiliario Ferrocarril.

En los últimos 15 años Seseña ha recibido 17.000 nuevos vecinos. Porque Castilla-La Mancha es capaz de perder población y ganarla al mismo tiempo. En los municipios limítrofes con Madrid crece sin complejos.

Cuatro de cada 10 españoles son mileuristas con dificultades para pagar una vivienda en las grandes ciudades. La propia Comisión Europea apuntaba a que en nuestro país existe un desequilibrio entre los salarios y los precios de las viviendas. Un desfase del 20%. La inflación se espera que continúe bajando

En enero llegaba la noticia menos esperada. Los tipos de interés no bajarán hasta verano. El Banco Central Europeo lo dejaba entrever hace unas semanas. Mantiene el tipo de interés en el 4,5%. Hasta 10 veces los ha subido este organismo.

La evolución de los tipos de interés ha retraido la demanda de préstamos hipotecarios. La escasa oferta de viviendas ha disparado su coste. El desequilibrio entre oferta y demanda podría ir a más.

“En Madrid no hay viviendas de estas calidades que vamos a hacer, de estas superficies yd e este precio ni de lejos en ningún lugar tan cercano a la puerta del sol”Rafael González Cobos, Grupo Inmobiliario Ferrocarril.

La entrada en vigor en mayo de la ley de la vivienda ha sacado fuera del mercado a 3 de cada 10 propiedades de alquiler mientras la demanda ha aumentado un 11% (11,01%). Los precios han subido en la misma proporción (9,2%). Madrid sigue siendo la ciudad más cara para alquilar.

Quince años después El Quiñón está en obras. Son más de 30 trabajadores en este momento, pero en los picos de trabajo llegarán a los 80. Esto solo acaba de empezar. A unos metros, el otro solar espera paciente su turno.