Estando Contigo

¿Qué alimentos necesitamos para afrontar el cambio de temperatura?

La nutricionista Marta García ha estado en Estando Contigo para mostrar los alimentos que necesitamos en esta época del año, en la que comienza el frío y los cambios de temperatura están a la orden del día.

Cristóbal Mora
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Cuando llega el otoño, siempre buscamos ciertos alimentos que, en teoría, nos pueden ayudar a mejorar nuestro estado de salud o evitar enfermedades. Para la nutricionista Marta García, esto no es tan así, aunque sí hay ciertos alimentos en los que fijarnos para meter en nuestra cesta de la compra en las épocas en las que cambian las temperaturas, independientemente de la estación en la que estemos.

Lo más fundamental en otoño es preparar nuestras defensas de cara al invierno y el combate de virus y enfermedades. Solemos pensar que un zumo de naranja y su carga de vitamina C nos irán bien contra los catarros y la gripe. El zumo de naranja por si mismo no nos curará, aunque sí nos aportará las vitaminas que necesitamos. Y para ello, es mucho mejor comerla entera que como zumo.

Solemos mirar a las naranjas en busca de vitaminas, pero los kiwis también tienen grandes cantidades de vitamina C y unas notables cantidades de fibra soluble, lo cual ayudará a nuestro organismo. Junto con los kiwis, también podemos encontrar en este grupo a las fresas.

Pero hablemos del desayuno. Mucha gente suele acompañar su primera comida del día con cereales. De sobras sabemos que los refinados son los peores. Si queremos cereales mejores, tenemos los copos de avena, muy ricos en fibra, y también el pan integral. Unos 40-50 gramos al día sería una medida ideal.

Tampoco es sano hacer platos copiosos para desayunar, aunque pensemos que estamos poniendo muchas cosas sanas. Todo se trata de mantener una dieta balanceada y que no nos aporte más calorías de las que necesita nuestro cuerpo.

Finalmente, hablamos de la miel. Nunca nos curará una garganta irritada, pero aliviará gracias a sus cualidades antiinflamatorias. De todas maneras, debemos tener en cuenta que la miel es un 70% glucosa, con lo cual no debemos usarla constantemente, de la misma manera que la azúcar.

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