La mayor construcción íbera conocida está en Cuenca, en el yacimiento de La Cava

Yacimiento de La Cava

Redacción CMM
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El de La Cava es uno de los yacimientos arqueológicos menos conocidos, pero más interesantes de Castilla-La Mancha. Está situado en la Alcarria conquense, en lo alto de un cerro del municipio de Garcinarro. Se trata de un lugar estratégico desde el que se dominaba todo el entorno.

Un tesoro que ha permanecido oculto hasta hace muy poco. Fue en 2014 cuando comenzaron los trabajos de excavación en la zona. Sin embargo, los hallazgos realizados hasta la fecha son sorprendentes. Entre ellos, el de una construcción única, la mayor construcción íbera descubierta hasta ahora y que se ha recuperado completa.

Su estado y sus dimensiones son, precisamente, lo que hacen de ella algo especial. De su época, hasta ahora, solo se habían encontrado restos de muros de construcciones y de muy poca altura. En este caso, solo falta la techumbre, aunque en los muros se pueden apreciar marcas en los lugares en los que se apoyaban las vigas.

Un edificio singular

Este edificio excavado en la roca tiene tres metros de altura (casi cuatro en algunos puntos) y tres estancias paralelas, rectangulares y que miran hacia poniente . En todas ellas se aprecian hornacinas piletas y una de esas salas, además, está subdividida en otras más pequeñas.

El uso de este edificio singular aún no está claro, pero se cree que se trataba de un santuario construido en plena Edad del Hierro, entre los años 450 o 400 a.C., aproximadamente. Un templo con una peculiaridad: en el dintel de la puerta de acceso habría un agujero por el que penetraría la luz del ocaso, iluminando una hornacina situada en su interior.

La Cava: una lección de historia en vivo

Pero este tesoro en forma de edificio no es lo único que ha salido a la luz. En el cerro se han hallado restos de un poblado de la Edad de Bronce y de una muralla sin datar. También han aparecido elementos de la época romana, una necrópolis visigoda y un largo corredor de 70 metros de longitud y uso desconocido.

Esta variedad de hallazgos arqueológicos confirmaría el valor estratégico de este cerro de Garciñuño, que fue utilizado uno tras de otro por todos los pueblos que fueron ocupando el territorio de esta comarca conquense. En cualquier caso, son muchos los misterios que encierra el yacimiento de La Cava.

Y también confirmaría que, si este yacimiento ha llegado hasta nuestros días ha sido porque parte de los edificios íberos se reutilizaron como refugio de eremitas y, más adelante, como corrales para los animales o resguardo de pastores.

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