No alimentes al monstruo: nueva campaña contra el ciberbullyng

Elena Garcia Fermosel
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'No alimentes al monstruo': es la nueva campaña que han lanzado este miércoles las fundaciones Mutua Madrileña y ANAR con el fin de erradicar el ciberbullying, una iniciativa que asemeja el acoso escolar a un monstruo con un hambre insaciable de risas, silencios y comentarios de las personas que lo presencian.

Busca a través de este mensaje concienciar a los adolescentes de que está de su mano parar el acoso a otros compañeros ¿Qué jóvenes sufren más acoso? Los jóvenes más vulnerables de sufrir estas agresiones son, fundamentalmente, aquellos que tienen entre 10 y 14 años.

Además, Fundación Mutua Madrileña y Fundación ANAR también han elaborado un manual con las preguntas y respuestas más comunes para detectar el acoso escolar y el ciberbulllying, un documento que está disponible en la página web de la campaña #NoBullying que comparten ambas entidades  'www.acabemosconelbullying.com' y dónde puedes ver el vídeo completo de es

La guía se ha elaborado con los consejos y consideraciones de varias personalidades del mundo de la educación, la psicología, el derecho y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que participaron en las conferencias sobre acoso escolar celebradas en la sede de Mutua Madrileña hace unos meses.

Según datos del II Estudio sobre acoso escolar y ciberbullying llevado a cabo por las fundaciones ANAR y Mutua Madrileña, la detección precoz del acoso escolar por parte de los padres es fundamental para evitar los 13 meses de sufrimiento que, como media, tardan las víctimas en pedir ayuda.

¿Cómo detectamos los síntomas de ciberbullyng? Síntomas como el aislamiento, las excusas para no ir al colegio, cambios en el carácter, pérdida o rotura del material escolar, rechazo al uso del móvil o incluso manifestación de enfermedades como dolores de cabeza o tripa, son algunos de los síntomas detectados por los autores del documento.

Además, aunque los estudios realizados por ambas fundaciones demuestran que los menores que sufren acoso escolar o 'ciberbullying' terminan por confiar el problema a sus padres, también evidencian que tardan, sin embargo, más de un año en hacerlo por vergüenza, por no querer preocuparles o simplemente porque creen que pueden controlar la situación.

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