COVID-19, de la pandemia a la “I Guerra Mundial en el Ciberespacio”

Investigación posibles tratamientos contra la COVID-19

Sara Santos Beato
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China, Rusia, Irán, EEUU, Reino Unido, Alemania, Israel, Corea del Norte, Corea del Sur, son actores de esta guerra silenciosa en busca del Grial en forma de vacuna. Entre acusaciones de unos a otros de ataques  a sus instalaciones y laboratorios para robar de alguna forma datos que ayuden a sus propias investigaciones para desarrollar una vacuna o simplemente impedir el avance de otro Estado para conseguirla.

Estos días atrás una declaración conjunta sin pruebas claras ni detalles de la investigación, de varias agencias estadounidenses (FBI y NSA), han afirmado que hackers vinculados a China han realizado un ciberataque con el objeto de “identificar y obtener ilícitamente datos valiosos de propiedad intelectual y de salud pública relacionados con vacunas, tratamientos y pruebas de redes, personal e investigaciones relacionadas con COVID- 19 ". Por otro lado, Reino Unido, a través  del GCHQ (Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno, por sus siglas en inglés), acusa a grupos hacker de origen ruso de llevar a cabo un ataque con éxito a sus laboratorios e instalaciones dedicadas a la investigación sobre la COVID-19.

La empresa de Biotecnología Gilead Sciences, con varias sedes a nivel mundial, y que posee más de 20 patentes de medicamentos para la lucha contra el VIH, Hepatitis o Fibrosis Quística, acusó a Irán de atacar uno de sus laboratorios donde están desarrollando el medicamento “remdesivir” un pro fármaco antiviral que se usa actualmente contra el COVID-19.

Alemania acusó hace poco con pruebas a esos mismos hackers rusos, que atacaron los laboratorios británicos, de conseguir atacar el Bundestag en el año 2015. La diferencia principal en este caso no solo es el aporte de pruebas tangibles, sino que además acusa al servicio de inteligencia militar ruso conocido como GRU, responsable de operaciones en Europa, Asia y América.

Si bien es cierto que se han intensificado las declaraciones de directores de agencias gubernamentales acusando a grupos hacker vinculados a estados de ataques cibernéticos a sus laboratorios e investigadores. Se ha de aclarar que se acusa a grupos hacker no a estados directamente, son grupos que se sabe están financiados y organizados por los estados, incluso forman parte de oficinas o “Buró”  de algunas agencias (APT28 o APT29 en Rusia, ATP41 en China o APT34 en Irán, etc…).

APT es el acrónimo en inglés de Amenaza Persistente Avanzada. Son un conjunto de procesos informáticos usados para introducir un malware (virus) aprovechando alguna vulnerabilidad en el software (programas) de las maquinas que intenta atacar. Este tipo de ataques suelen durar más de 6 meses y no son identificados por el usuario.

Tanto China como Rusia y a menor escala, Corea del Norte e Irán, son siempre los grandes acusados por la comunidad internacional de ataques a diferentes empresas u organismos estatales. Se podría decir que son los países que más acciones llevan a cabo en el ciberespacio, pero no nos engañemos, EE.UU., Israel, Reino Unido, Alemania, etc… atacan tanto o más que rusos o chinos, pero en el juego de la política siempre se “acusa” los mismos.

Los recursos que se necesitan para un ataque de esos niveles no pueden ser financiados  o mantenidos por grupos particulares de ciberdelincuentes, según fuentes como INCIBE, S2 Grupo o Panda Security, entre otros, los Estados usan estas APT’s financiadas pero no ligarlas directamente al Estado así no poden acusar directamente a un estado de un ataque a una instalación, pues aunque sea de forma cibernética, constituirá casi una declaración de guerra con lo que conllevaría tal afirmación.

¿Por qué esta guerra?

Pero, ¿por qué esta guerra? ¿Qué interés tienen los estados de atacarse unos a otros cuando la amenaza es la misma?

Todos quieren llevarse la gloria de poder dar al mundo la vacuna para una enfermedad que ha causado millones de enfermos y, lo peor, más de 300.000 muertos. El gasto medio en desarrollo de una vacuna ronda los 500 millones de euros como públicó en 2015 la Sexta en su web en un artículo titulado “El precio de una vacuna”, gasto que para estados como China, EE.UU. o Rusia no es nada comparado con sus presupuestos, pero ¿cuántos millones ganarán con la venta de las vacunas?  Eso es algo que ahora mismo es imposible de cuantificar pero a buen seguro que quintuplicará el del gasto.

Desde luego el laboratorio, estado u organismo que encuentre la vacuna será encumbrado por la sociedad durante muchos años y ganará miles de millones de euros con la venta, pero el daño que las acusaciones de ataques o los propios ataques entre estados dejen en un futuro harán que las relaciones entre gobiernos se vean dañadas y que organismos como la OMS se vean afectados, como ya ha pasado con EE.UU. al abandonar la financiación que mantenía por disputas con China.

Germán Díez @German_10G

Analista de Seguridad para Defensa/Asociación 6 de Seguridad

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