EN PROFUNDIDAD

Así es la historia de Andrei: Un niño que no conoce limites

Tiene nueve años, toca la batería, patina y hace todo eso con un handicap frente a la mayoría de la población, es ciego de nacimiento.

Redacción CMM
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Andrei tiene nueve años, toca la batería, patina y hace todo eso con un handicap frente a la mayoría de la población. Es ciego de nacimiento. Su historia es una de esas de superar barreras, una tras otra. Y eso también se traslada a las actividades extraescolares.

La vista es uno de los sentidos más evolucionados en el ser humano, es esencial para la vida y la supervivencia, capta e interpreta más de la mitad de la información que recibimos. Casi todo nuestro entorno está relacionado con la capacidad de mirar cosas. La luz, el color, la forma, la distancia, el movimiento y la posición llegan a través de este sentido. Aunque de vez en cuando, hay historias que desafían esta realidad. La de Andrei es una de esas.

Andrei no ve, no ha visto nunca. Es ciego de nacimiento. Glaucoma congénito le dijeron a sus padres. Una anomalía muy poco frecuente. A los 14 días de vida pasó por quirófano para un trasplante de cornea que pronto rechazo. Han pasado nueve años de aquel diagnóstico. Andrei está ya en tercero de primaria. Vive con sus padres en Nambroca, una localidad de apenas 5.000 habitantes.

En España un millón de personas sufre una discapacidad visual. Más del 99% de los niños con este tipo de discapacidad estudia en colegios ordinarios. Este modelo inclusivo funciona: la tasa de abandono escolar de estos alumnos al final de la ESO está casi tres veces por debajo de la media española y dos puntos por debajo de la media europea.

Después están las actividades extraescolares. Un día a la semana, Andrei va a clases de batería.

"Nunca le he dicho que no puedes, no me atrevo porque luego se pone triste o se enfada"Alina, madre de Andrei.

En una localidad pequeña Andrei no ha encontrado obstáculos para desarrollar todo tipo de actividades extraescolares, pero en muchas ocasiones la falta de medios, de entornos adaptados y de monitores preparados dificulta estas prácticas. A pesar de que viene recogido por ley y de que la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad ratificada por España en 2007 también lo contempla.

Enfrente de casa de Andrei se ve el colegio donde va a patinaje. Se ha apuntado hace poco. Esta es la tercera clase.

Subirse a unos patines, mantener el equilibrio tiene su dificultad. Para Andrei no más de lo que puede suponer para todo el que empieza en este deporte. No es qué se puede hacer es cómo llegar a hacerlo. Caerse en patinaje como en la vida es imprescindible para aprender a levantarse.

Andrei no conoce límites, su discapacidad visual no le supone una barrera, tampoco se ha encontrado con los prejuicios de los demás, el principal enemigo para la inclusión.

Jugar, aprender, caerse para volverse a levantar. Mientras la vida ocurre para Andrei, sus padres saben que habrá un segundo transplante de cornea. Podría recuperar parte de la visión. No hay prisa para la operación si quieren evitar un nuevo rechazo.

En el programa 'En Profundidad', la presentadora María José Izquierdo nos ofrece los mejores reportajes de actualidad en Castilla-La Mancha.

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