Familias de niños con diversidad funcional crean un grupo de apoyo en Cuenca
Aceptar la discapacidad de un hijo es un proceso muy duro para aquellos padres que se enfrentan a esta difícil situación. Un camino similar al duelo en el que es fundamental sentirse arropado. En este sentido, muchas familias buscan el apoyo de otros que están pasando por la misma situación y con ese objetivo se ha creado en Cuenca un grupo de apoyo para estas familias.
“Algo no va bien”, “no responde a su nombre”, “no fija la mirada”, “ya debería de sujetar la cabeza, ¿no?”. Estas son algunas de las sospechas que rondan por las cabezas de los padres cuando algo en el desarrollo de su hijo no va bien. A partir de este momento empieza un maratón de pruebas médicas. Un tiempo de angustia e incertidumbre que tiene un final y no es otro que el diagnóstico. A raíz de esto, comienza la búsqueda de médicos especializados, terapias más adecuadas, solicitud de certificado de discapacidad, etc. Un laberinto al que debe de enfrentarse en pleno terremoto psicológico.
Ante la situación nace un grupo de apoyo surgido en Cuenca con el objetivo de acompañar a las familias en este proceso. Los miembros aseguran que aunque se sientan muy arropados por su círculo más cercano, ese apoyo no es suficiente.
"Sientes que nadie llega a entenderte. Hay palabras de ánimo, pero no llenan ese vacío que se ha creado dentro de nosotros. Este grupo entiende mis necesidades, mis procesos, mis tiempos"
Organizan encuentros en los que poder expresarse, escuchar y compartir momentos en los que hablar o hacer actividades para desconectar, por ejemplo, con clases de pilates. Todo ello con el objetivo de intentar disminuir la angustia que viven estas familias.
María José Izquierdo nos ofrece los mejores y más interesantes reportajes "En Profundidad" sobre la actualidad de nuestra región.
