40 años de Constitución / 40 hitos: 1981, tenemos Estatuto

David Centellas Navas
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[Este reportaje forma parte del especial de 40 hitos sobre cómo ha afectado la democracia y la Constitución a Castilla-La Mancha en estos 40 años]

Los diferentes partidos querían la autonomía y para eso había que negociar y ceder. El consenso político  quiso instalarse aquí.

El Estatuto, la norma de las normas, se aprobaba en una Iglesia de Alarcón. Desde 1981 fijaría los pasos que Castilla-La Mancha daría en la España de las autonomías.

"Tuvimos que luchar contra los tontos que decían que los inventos jóvenes eran peores que los viejos", recuerda el expresidente José Bono.

Él pasó su primera noche electoral en Albacete. Tenía 32 años, y a las 2 de la madrugada se enteró por teléfono de que sería el primer presidente elegido por las urnas.

"Si pierdo, quiero estar con mis amigos; y, si gano, también quiero estar con mi gente", dijo. "La de 1983 se la debemos a Felipe. A mí no me conocía nadie".

Comicios precarios

Los comicios fueron en precario. Los partidos carecían de estructura en unas provincias en las que el 16 por ciento de sus ciudadanos no sabía leer.

"Íbamos a dar mítines a pueblos donde la gente miraba con susto a ver si la Guardia Civil tomaba nota de quien entraba al mitin. Empezábamos a perder el miedo", recuerda Bono, que añade: "Amigos que no valen y cuchillos que no cortan aunque se pierdan no importan. Esta región tenía que valer a la gente. Tenía que ser útil. Había 80.000 viviendas que no tenían váter. Y el Rey preguntó: ¿Y dónde lo hacen? Majestad, en la cuadra".

El estatuto dejaba en interrogantes decisiones importantes, entre ellas la mismísima capital. Las Cortes fueron despejando la identidad la comunidad, dispersando todas sus instituciones.

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