Fábricas de snacks, restaurantes y churrerías: los negocios más perjudicados por la escasez de aceite de girasol

Alba Córdoba de la Cruz
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El primer producto que se ha visto claramente afectado por la escasez en nuestro país está siendo el aceite de girasol, con todo lo que implica para una parte del negocio alimentario. Fábricas de snacks, restaurantes y churrerías, por ejemplo, ven con temor un horizonte sin suficiente suministro. El que hay, además, ahora se paga al doble.

En una churrería de Talavera de la Reina, solo les queda aceite de girasol almacenado para una semana. Han rechazado comprar a los proveedores habituales porque ha subido tanto el precio que ahora se vende al doble.

La garrafa de 25 litros rozaba los 40 euros. Desde el inicio de la invasión rusa a Ucrania ha pasado a más de 80 euros. "Yo no puedo comprar ese producto al doble, los precios son los que están", dice un churrero.

No salen las cuentas, porque en esta churrería en concreto gastan de media al día 40 litros de aceite. De seguir así, piensan en opciones como dejar de hacer churros a diario. "Por ejemplo, hacer churros sábados y domingo y ya está. Nosotros estamos desde las seis de la mañana hasta el mediodía, y el aceite está constantemente. De esta manera si limito las horas, limito el consumo de aceite".

Dicen que hay supermercados mayoristas donde ya se nota también la escasez de aceite de girasol. A todo esto hay que sumarle que la receta también lleva harina, un producto que también ha subido su precio.

Los consumidores, temerosos ante la falta de productos

Hace ya una semana que algunos supermercados decidían limitar la compra de aceite de girasol a un máximo de 5 unidades por persona y día.

Los precios han subido y el miedo al desabastecimiento ha llevado a los consumidores a hacer acopio desproporcionado de productos de primera necesidad.

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