ENTREVISTA CMM
"Hay más de 60 patrones adictivos dirigidos a adolescentes en las tecnologías digitales"
María Angustias Salmerón, pediatra especializa en salud digital, insiste en CMM que no "está en contra de la tecnología, lo que exigimos a las empresas es que sean éticas"
Chica caminando por la calle con el móvil
Australia ha sido el primer país que ha dado el paso y ha prohibido por ley el acceso a redes sociales a menores de 16 años. Pero ¿es esta medida cien por cien efectiva? Es la pregunta a la que ha respondido en CMM la pediatra especializada en salud digital, María Angustias Salmerón.
Para ella el foco hay que ponerla en las empresas tecnológicas, a la que se "les debe exigir que sean éticas". Además, reconoce que el uso de la Inteligencia Artificial va a seguir avanzado y amplificando este fenómeno por lo que "sino le ponemos puertas legislativas vamos a tener un problema".
Salmerón ha explicado que un reciente estudio ha detectado que existen más de 60 patrones adictivos dirigidos directamente a adolescentes en las tecnologías digitales.
"Todo esta hecho para que nos quedemos, lo que quieren las empresas tecnológicas es el dato"
La pediatra especializada en salud digital insiste en que las empresas tecnológicas lo que buscan son nuestros datos y más en el caso de los menores "porque son datos más ricos para ellos porque van a conseguir tener perfilados a los niños desde muy pequeños y los van a conocer mejor que ellos mismos".
En este sentido, Salmerón ha sido clara. "No estamos hablando de estar en contra de la tecnología", ha insistido, sino de que ésta se use con fines éticos y beneficiosos para la sociedad.
Y ha puesto un ejemplo claro del uso nocivo que las empresas tecnológicas hacen con los datos que obtienen de los menores. "Tengo pacientes en la consulta con trastornos de la conducta alimentaria y todo el rato les sale información con su propio trastorno para que empeore". Un uso ético de estos datos, explica la pediatra, sería que sea red social lanzara una alarma a su centro de salud tras detectar este problema.
Por eso insiste, prohibir el acceso a las redes sociales a menores de 16 años es un buen primer paso pero hay que ir más allá y exigir a las empresas tecnológicas una mayor ética.