Vecinos del Casco Histórico de Toledo convocan protesta por las incomodidades de Navidad

Vecinos del Casco Histórico de Toledo harán otra protesta este sábado 6 de diciembre, la tercera en dos semanas, por la masificación de visitantes y las incomodidades que "sufren" durante todo el año, sobre todo en las festividades de Semana Santa, el Corpus Christi o la "infinita" Navidad de este año, con el alumbrado navideño encendido el 21 de noviembre.

La de este sábado Día de la Constitución será la tercera concentración de vecinos del Casco Histórico de Toledo, que también han protestado el 21 de noviembre, cuando se encendieron las luces de Navidad, y el día 29.

Solicitan que se garantice a los vecinos poder entrar y salir de sus garajes

Un grupo de vecinos se ha reunido con el concejal de Movilidad, Iñaki Jiménez, y "pese a las buenas palabras" recibidas quieren un compromiso por escrito del alcalde, Carlos Velázquez, de los puntos que han presentado y que resumen en frenar el elevado número de actividades que se celebran en el Casco Histórico, han explicado en un comunicado.

Solicitan que se garantice a los vecinos poder entrar y salir de sus garajes en momentos de gran afluencia de visitantes, y que se busquen alternativas a la instalación "sistemática" de mercadillos en las plazas de Zocodover y del Ayuntamiento, ya que saturan las calles aún más y las convierten en "lugares peligrosos" por la aglomeración de gente y estrechez de las vías, especialmente la calle Hombre de Palo.

También quieren que en 2026 el alumbrado de Navidad arranque en la Inmaculada (no en noviembre como este año); que las actividades se repartan con otros barrios; que se garantice que cualquier servicio de emergencias podrá acceder si un vecino lo necesita, y que cuando se planifiquen las fiestas o eventos deportivos o religiosos se tomen las medidas necesarias para que el vecindario sufra "lo menos posible los grandes inconvenientes que estas festividades y eventos conllevan".

Otras demandas son evitar el "empeño" de llenar el Casco de visitantes, lo que hace de sus estrechas calles "lugares peligrosos" no sólo para los resientes sino también para los visitantes; el cumplimiento de la normativa acústica ambiental, y limitar las licencias hoteleras y de establecimientos para pernoctar en el Casco histórico. EFE