Una ermita en Toledo, un puente en Guadalajara y una fábrica de luz en Ciudad Real en la Lista Roja de Patrimonio de CLM

Elena Labrado Calera
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La Lista Roja, elaborada por la asociación Hispania Nostra, suma tres nuevos edificios en nuestra región. Aseguran que se encuentran en estado de abandono, ruina y sin ningún mantenimiento, y que corren riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.

En Castilla-La Mancha se suman a esta lista tres nuevas edificaciones en Guadalajara, Ciudad Real y Toledo.

Puente colgado de Azuqueca de Henares (Guadalajara)

El puente fue construido por Valeriano Madrazo Escalera, V Marqués del Valle de la Colina, en 1879, como medio de paso para los trabajadores de la finca para el cruce de río en las labores agrícolas y actividades cinegéticas como la caza o la pesca.

Actualmente el deterioro se ha acelerado a raíz de las inclemencias del tiempo de los últimos años y el completo abandono. Las dos torres de ladrillo sobre las que se asienta el puente están casi desaparecidas por amenazar ruina o por haber sido engullidas por la maleza. Los hitos con inscripciones han sido vandalizados en numerosas ocasiones encontrándose actualmente cubiertas en parte por grafitis. La estructura de ladrillo que hace de jamba de acceso al puente, que sustenta los hitos conmemorativos y que cierra el puente mediante una reja, está a punto de venirse abajo.

Fábricas de Luz de las lagunas de Ruidera (Ciudad Real)

Las centrales hidroeléctricas de las lagunas de Ruidera proporcionaron luz eléctrica desde principios del siglo XX hasta los años 70 a casi toda la provincia de Ciudad Real, parte de la provincia de Albacete y parte de la de Cuenca. Seis fueron las centrales hidroeléctricas: El Ossero, Ruipérez, Santa Elena, San Alberto, Miravetes y San Luis.

Ermita de San Isidro (La Guardia, Toledo)

Quizás la construcción del templo se sitúe a finales del siglo XV o principios del XVI. Tras ser destruida la ermita de Pera, la imagen de la Virgen fue llevada al templo del Sepulcro, momentáneamente, hasta su traslado definitivo a la iglesia parroquial de La Guardia. A mediados del siglo XIX Pascual Madoz recoge la existencia de la ermita del Sepulcro y la cartografía coetánea su ubicación, la cual coincide con las ruinas del edificio conocido actualmente como ermita de San Isidro. Por tanto, en el siglo XX se retiró la advocación del templo al Santo Niño para otorgársela al patrón de los agricultores.

No goza de ningún tipo de protección legal y se encuentra en un estado de ruina avanzada.

La ermita se encuentra emplazada a las afueras de la localidad de La Guardia, a un kilómetro y medio de la villa, en el paraje llamado Pera.

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