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Biden y Xi Jinping: un encuentro con Taiwán como 'línea roja'

Los presidentes de Estados Unidos y de China escenificaron un acercamiento para evitar que su rivalidad desemboque en un conflicto abierto.

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El presidente de China, Xi Jinping, y el de Estados Unidos, Joe Biden, en una reunión en Bali (Indonesia) previa a la cumbre de líderes del G20. EFE/EPA/XINHUA /LI XUEREN CHINA OUT / MANDATORY CREDIT EDITORIAL USE ONLY

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Los presidentes de Estados Unidos, Joe Biden, y de China, Xi Jinping, escenificaron un acercamiento destinado a evitar que su rivalidad desemboque en un conflicto abierto, aunque ambos se mantuvieron firmes en sus líneas rojas, especialmente en torno a Taiwán.

Biden y Xi se reunieron en lo que supuso el primer encuentro cara a cara de los dos líderes desde que el estadounidense llegara a la Casa Blanca en enero de 2021.

Los Gobiernos chino y estadounidense dieron detalles del encuentro en dos comunicados, que coinciden en muchos puntos pero difieren en otros.

Taiwán, "línea roja" de China

Según el comunicado del Ministerio chino de Exteriores, Xi avisó a Biden de que Taiwán, cuya soberanía reclama China, es "la primera línea roja que no se debe cruzar" y aseguró que espera que EEUU haga "honor a su promesa" de no apoyar una eventual independencia de la isla.

Por su parte, la Casa Blanca dijo que Biden comunicó a Xi que su política hacia Taiwán no ha variado y que sigue oponiéndose a cualquier "cambio unilateral" en el statu quo.

Biden reitera su apoyo al principio de "una sola China", que significa que el único Gobierno chino al que reconoce Washington es el que tiene sede en Pekín, lo que le aleja de las aspiraciones independentistas de Taiwán.

A cambio de reconocer ese principio, sin embargo, Estados Unidos firmó el Acta de Relaciones de Taiwán de 1979, que compromete al país con la defensa de Taiwán, aunque no deja claro si la potencia intervendría en caso de ataque chino en una política conocida como "ambigüedad estratégica".

Las tensiones en torno a Taiwán se exacerbaron el pasado agosto a raíz de un viaje a la isla de la presidenta de la Cámara baja de EEUU, la demócrata Nancy Pelosi, a lo que Pekín respondió con los mayores ejercicios militares en torno a la isla en décadas, además de sanciones comerciales sobre Taipéi.

La isla es uno de los mayores motivos de conflicto entre China y Estados Unidos, debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de un conflicto bélico con China.

Taiwán -adonde se retiró el ejército nacionalista chino tras la derrota contra las tropas comunistas en la guerra civil- se ha gobernado de manera autónoma desde 1949, aunque China reclama la soberanía de la isla, que considera una provincia rebelde para cuya reunificación no ha descartado el uso de la fuerza. 

Guerra comercial "sin interés"

Por otra parte, el presidente chino avisa a su homólogo estadounidense de que iniciar una guerra comercial, tecnológica, buscar el desacoplamiento económico o cercenar las cadenas de suministros "no sirven a los intereses de nadie".

Xi considera que dichas prácticas van contra los principios de la economía de mercado y socavan las reglas internacionales del comercio.

"Nos oponemos a politizar y a utilizar como armas las relaciones económicas y comerciales, así como los intercambios en ciencia y tecnología", dijo Xi, según la información sobre el encuentro difundida por el Ministerio chino de Exteriores.

El gobernante chino consideró que en las circunstancias actuales, su país y EE.UU. comparten más intereses de los que les separan, y que el principal de ellos es el de "prevenir el conflicto y la confrontación y alcanzar una coexistencia pacífica".

Xi recalcó, además, que las economías china y estadounidenses están "profundamente integradas" y que ambas encaran nuevos retos en materia de desarrollo, por lo que cada una debería beneficiarse del desarrollo de la otra.

El comercio era uno de los asuntos que previsiblemente estarían sobre la mesa en esta bilateral, uno de los ámbitos en los que más se han deteriorado las relaciones entre las dos potencias en los últimos años, en especial a partir de 2018 durante el mandato del anterior inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.

EFE

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