Primer paso en el traspaso de poderes en la Casa Blanca, Obama y Trump juntos

Elena Labrado Calera
Seguir al autor

Ha sido un encuentro complicado en el que han hecho falta altas dosis de responsabilidad política por parte de Barack Obama y de Donald Trump para superar la tensión vivida durante la campaña. Ha sido la primera vez que se veían frente a frente.

Obama había dejado libre su agenda durante toda la mañana para poder dedicar a su sucesor el tiempo que le hiciera falta. Su prioridad es hacer una transición pacífica los próximos meses. También le ha deseado éxito a Trump, por el bien del país. Donald Trump es el primer presidente electo sin experiencia previa en ningún cargo público, ya sea en el Congreso, el ejército o la diplomacia, y tiene, por tanto, mucho que aprender. Por el momento, ya ha dicho que considera "un gran honor" la discusión que ha mantenido durante hora y media con Obama "sobre muchas cosas, algunas maravillosas y otras difíciles" y ha expresado su deseo de seguir trabajando con el presidente saliente.

Este comentario ha sido alentador para Obama, ya que según sus asesores lo que más le preocupa es la continuidad de sus políticas que Trump ha prometido desarticular. De hecho, acto seguido Trump tenía una cita en el Congreso con el líder de la mayoría republicana para, precisamente, empezar a perfilar los temas que quieren cambiar de inmediato. Otro encuentro complicado después de que Paul Ryan expresará en público que no compartía la visión del magnate y no pensaba votar por él. Ahora les toca trabajar juntos.

Ambos presidentes se han despedido con un apretón de manos y un consejo. Obama le ha comentado al oído que en situaciones como las de hoy, lo mejor es evitar las preguntas incómodas de los periodistas.

A los más directos colaboradores de Trump también les falta experiencia en la administración federal. Según marca la tradición, tienen hasta el próximo 20 de enero para ser informados y asesorados por la administración saliente, si así lo desean. Lo normal es que ésta sea la primera de una serie de reuniones que no se harán públicas, para que haya una cierta continuidad, sobre todo, en política exterior.

Asimismo, Michelle Obama ha recibido a la futura primera dama en el ala este del edificio. Por ahora, lo que más preocupa a Melania Trump es la adaptación de su hijo de 10 años a su nueva vida.

Horas antes de ese encuentro, una intensa ola de indignación popular por la victoria de Trump se había traducido en protestas en las calles de las principales ciudades de Estados Unidos.

5.000 personas han tomado la 5ª Avenida neoyorquina tras saber que el magnate republicano va a liderar la nación los próximos cuatro años. Algunos jóvenes le consideran racista, sexista y neonazi. Otros dicen que protestan para liberar a los americanos de un hombre horrible. En las manifestaciones, también se han escuchado lemas contra el magnate republicano en español, a lo largo y ancho del país, porque ha habido protestas en Chicago, Austin, Nashville, Tennessee o en Oakland, California, donde 6.000 personas han bloqueado el tráfico. La mayoría son jóvenes, y en bastiones demócratas, una generación que no se identifica con Trump. Ese será el reto del nuevo presidente: unir a las dos américas antagónicas.

¿Desea recibir alertas con las últimas noticias?

not_supported_text.placeholder