Pagos vitícolas

En el universo vinícola, la palabra château designa una bodega, un terroir concreto, con unas características particulares que lo definen y diferencian. Pues bien, en España contamos con nuestras propias denominaciones, que guardan evidentes paralelismos con las francesas. Nos referimos a los Pagos Vitícolas. Castilla-La Mancha, además de ser la comunidad pionera en la creación y reconocimiento de estas denominaciones, es también la que más Pagos reúne en todo el país.

Variotinto dedica un monográfico a estos pagos en el segundo programa de su decimoctava temporada. Merece la pena, por tanto, sumergirse en estas bodegas y viñedos que ofrecen vinos únicos, capaces de competir con las grandes referencias no solo españolas, sino también internacionales.
De los trece Pagos existentes en Castilla-La Mancha, visitamos un total de cuatro por sus características y singularidades: Pago Campo de La Guardia (Martúe), en Toledo; Pago Florentino y Pago del Vicario, en Ciudad Real; y Pago La Jaraba, en Villarrobledo (Albacete).

Nuestros caminos, dedicados a contar historias de la cultura del vino, nos llevan también hasta La Puebla de Montalbán, donde hace más de 500 años un grupo de mujeres —todas de la misma familia, las Lucenas— pudo haber impreso La Celestina, de Fernando de Rojas, convirtiéndose así en las primeras impresoras de Europa.

Enoturismo a bordo de un trenecito para recorrer un viñedo manchego, la utilización de la lana como material para realzar artesanías inéditas, y la cocina cinegética de los Montes de Toledo son, entre otras, las propuestas de este nuevo camino por el viñedo castellanomanchego.