La policía busca a familiares de los fallecidos por intoxicación en Toledo: las víctimas vivían en habitaciones subarrendadas

Detrás de la tragedia ocurrida en la vivienda de la calle Santa Leocadia en Toledo, hay otro drama: el de la situación en la que vivían estas personas, todas ellas de entre 50 y 60 años y que vivían en habitaciones alquiladas. A eso hay que añadir que más de 40 horas después del hallazgo de los cuerpos, aún hay cadáveres sin reclamar.

 Hasta este miércoles solo uno de los cuatro fallecidos por intoxicación de monóxido de carbono había sido reclamado por familiares. La policía sigue buscando. Mientras, la única mujer fallecida en el suceso, ha sido incinerada este jueves en Leganés. 

Se manejaba la posibilidad de que el resto pudieran ser enterrados en un nicho de la beneficencia pero finalmente la delegada del Gobierno en Castilla-La Mancha, Milagros Tolón, ha informado este jueves de que la Policía Nacional ha conseguido localizar a otros familiares, sin especificar de quién o quiénes. 

Tras la identificación de los cuatro cuerpos poco ha trascendido sobre su identidad y la relación que existía entre ellos, más allá de que compartieran casa. 

Las cuatro víctimas de la mala combustión de una estufa vivían en habitaciones subarrendadas, en una vivienda pequeña, lo que hizo que el gas se propagara rápidamente a las habitaciones, como han apuntado los bomberos. Tolón ha recordado que los cuerpos presentaban diferentes estadios de descomposición.

Los muertos son una mujer de 46 años de nacionalidad española; un hombre de 56 años también español; un hombre 58 años de nacionalidad española aunque nacido en Reino Unido y un hombre de 64 años rumano. 

Mientras prosigue la investigación, se trabaja en obtener los resultados definitivos de las autopsias. Será entonces cuando se conozcan más detalles de lo que pudo ocurrir. 

Cáritas denuncia que cada vez más permisos se ven obligados a compartir piso

Pero este caso ha puesto sobre la mesa una realidad que ya vienen denunciando las organizaciones como Cáritas: el incremento de la pobreza energética. Pero también ha aumentado el número de personas que se ven obligadas a compartir piso. 

Cáritas lleva años denunciando que el aumento del precio de la vivienda y de los suministros obliga a cada vez más familias a compartir pisos precarios e inseguros.