REPORTAJE RADIO CASTILLA-LA MANCHA

La dramática historia de Juan Pedro, el vecino de Toledo marcado por la muerte de su madre

Pasó 14 meses en prisión acusado de matar y agredir sexualmente a su madre hasta que el informe definitivo de la autopsia determinó que fue muerte accidental

Albergue de Cáritas en el Casco Histórico de Toledo

Albergue de Cáritas en el Casco Histórico de ToledoGOOGLE MAPS

ANA MOLINA / Susana Palomo Gómez
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Se llama Juan Pedro, tiene 52 años y vive desde hace un año en el Albergue Cardenal González Martín que regenta Cáritas en Toledo. Este centro en pleno Casco Histórico de Toledo ha sido su refugio tras quedar libre de la cárcel por un delito que no cometió

Su conmovedor testimonio lo ha recogido Ana Molina, de Radio Castilla-La Mancha. En la sección de reportajes 1030 de 'Castilla-La Mancha Hoy', ha contado que pasó 14 meses privado de libertad

420 días en la cárcel

En diciembre de 2020 comenzó su pesadilla. Cuando volvió de trabajar se encontró el cuerpo de su madre e inmediatamente avisó a la Guardia Civil. Para su sorpresa, le detuvieron como principal sospechoso del fallecimiento. Entró en prisión imputado de manera provisional como presunto autor de un delito de asesinato agravado y de un delito de agresión sexual. La víctima: su madre, una octogenaria vecina del barrio toledano de Santa Bárbara. Tras la aparición de su cadáver, Juan Pedro pasó a ser el presunto asesino.  

"La policía me echó la culpa. Me metieron en la cárcel y los forenses me sacaron. Se demostró que no había hecho nada"

Aún así a ojos de sus vecinos seguía siendo el culpable de la muerte de su madre. Por ello, llegó incluso a recibir una paliza. 

 Con 90 euros en el bolsillo y con la pena de haber perdido a su progenitora, Juan Pedro no tuvo más alternativa que vivir en la calle. 

"No tenía trabajo ni coche ni piso"

Pese a recobrar la libertad, Juan Pedro aún le quedaba por vivir otro calvario. Le echaron del trabajo. Sobre su coche pesaba una deuda de 5.000 euros porque cuando lo detuvieron, el vehículo estaba aparcado en zona azul. Le reclamaron el dinero del depósito. Las facturas acumuladas durante los catorce meses de arresto se sumaron a los impagos por el alquiler de su piso.  

"El del piso también me echó y me fui a la calle. Estuve dos semanas, hasta que conocí a una voluntaria de Cáritas"

En la actualidad, Juan Pedro sigue en el  gracias a la ayuda de una vecina y voluntaria de este albergue que consiguió una plaza. Lleva un año y ha recuperado sus ganas de vivir. Aunque sabe, que es otra persona. Está a la espera de cobrar una indemnización que le permita volver a alquilarse un piso que le permita comenzar una nueva vida

Su historia es como la de otras de residentes de albergues. Personas sin hogar pero con esperanzas, la principal la de dejar atrás esas paredes para comenzar a caminar y dejar atrás los infortunios y despropósitos que han truncado sus vidas. 

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