El Gobierno "sustituye" a Paz Esteban como directora del CNI por Esperanza Casteleiro

Susana Palomo Gómez
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Esperanza Casteleiro, hasta ahora secretaria de Defensa, ha sido nombrada este martes nueva directora del Centro Nacional e Inteligencia (CNI) en sustitución de Paz Esteban. El Consejo de Ministros ha tomado esta decisión esta mañana .

La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha informado en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros del nombramiento de Casteleiro, una mujer que, como Esteban, ingresó en el CNI en 1983 y ocupó el cargo de secretaria general del centro entre 2004 y 2008

La "sustitución" de la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, según ha puntualizado la Ministra de Defensa, Margarita Robles, se produce tras la polémica por el espionaje a dirigentes independentistas por este centro y el sufrido en sus teléfonos móviles por el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y la ministra de Defensa, Margarita Robles.

El cese de la responsable del CNI y sus consecuencias, las han explicado en rueda de prensa la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, y la titular de Defensa, Margarita Robles.

Primera víctima de Pegasus

Paz Esteban, primera mujer al frente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y la única persona con carrera en "la casa" que accedía al cargo hace poco más de dos años, se ha convertido en la primera víctima del espionaje a móviles de políticos a través del sistema Pegasus, entre ellos, el propio presidente Pedro Sánchez y varios ministros.

El informe del Centro Criptográfico Nacional, adscrito al CNI, sobre la investigación a los teléfonos de miembros del Gobierno, le ha dado argumentos al Ejecutivo para destituir a Esteban y complacer así a Podemos y a sus socios de investidura.

Su cese llega apenas cinco días después de que compareciese en la comisión de secretos oficiales del Congreso, en la que reconoció el espionaje, con autorización judicial, a una veintena de políticos independentistas, entre ellos el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, si bien entonces no entró en el 'hackeo' de los terminales de Sánchez y de la ministra de Defensa, Margarita Robles, de los que sí había informado el Gobierno.

Las explicaciones que ofreció a los diputados no convencieron a la formación morada ni a ERC, JXCat y la Cup, que insistieron en pedir su cabeza, frente al respaldo sin fisuras que la directora del CNI recibió por parte del PP, Vox y Cs, además del grupo socialista.

Una vida dedicada a la inteligencia

Nacida en Madrid en 1958 y licenciada en Filosofía y Letras, fue una de las primeras mujeres que entró en el CNI, allá por el año 1983, cuando todavía era el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID). Desde 2004 ha ocupado cargos en puestos de dirección.

En 2010, al poco de que Sanz Roldán fuera nombrado director, pasó a ser la directora de su gabinete técnico y en 2017 ascendió a número dos -secretaria general-. Estuvo junto a él durante toda su jefatura, en la que el general consiguió seguir al frente de los servicios secretos con gobiernos del PP y PSOE.

Accesible aunque reservada en público y nada pagada de sí misma, sino más bien "como una madre", como la definen sus compañeros, Esteban ha estado siempre pendiente de sus empleados y deseosa de dotar a los trabajadores del CNI de un plan de carrera.

"Quiero que nuestra sociedad, nuestros conciudadanos, puedan estar tranquilos y confiar en que su servicio de inteligencia va a trabajar y esforzarse por garantizar su seguridad, su progreso y bienestar", dijo durante su toma de posesión.

Especialista en política internacional, ha comandado durante años un organismo con alrededor de 3.500 trabajadores mezcla de civiles y militares pero con una presencia cada vez más acentuada de los primeros, a los que ella pertenece.

"Cuídense, cuiden su identidad digital y cuidemos todos nuestros datos". Con este ruego finalizó una de sus últimas intervenciones públicas presagiando lo que estaba por venir.

Reacciones a la destitución

Esa destitución no ha servido para calmar los ánimos de los socios de investidura. Los independentistas piden más: quieren que la ministra de Defensa se marche. Tampoco es suficiente para Podemos. La oposición -bastante crítica- ve este movimiento como otra cesión más al nacionalismo.

EFE

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