ATAPUERCA

Descubren un nuevo caso de canibalismo en Atapuerca

Con este descubrimiento, los paleontólogos han documentado esta práctica violenta entre humanos en un episodio de hace 5.700 años.

ATAPUERCA (BURGOS), 07/08/2025.-Un equipo de investigadores ha descrito un nuevo episodio de canibalismo en el Yacimiento de Atapuerca./Instituto Catalán de Paleoecologia Humana y Evolución Social.EFE

Redacción CMM
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Un equipo de investigadores descubre un nuevo episodio de canibalismo en el Yacimiento de Atapuerca (Burgos). 

Se trata de un hallazgo importante que confirma y documenta un episodio de violencia entre grupos ganaderos del Neolítico que derivó en un caso de canibalismo y que muy probablemente enfrentó a grupos vecinos o a grupos locales con otros recién llegados, pero sin que se hayan detectado indicios relacionados con ceremonias o rituales. El hecho tuvo lugar hace unos 5.700 años, en el final del periodo.

Es la principal conclusión de un estudio, publicado hoy en la revista Scientific Reports.

Los restos encontrados en la cueva de El Mirador corresponden al menos a once individuos, incluidos niños, adolescentes y adultos, según las evidencias que los investigadores han hallado, ha informado el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES), que ha coordinado los estudios junto al Instituto de Arqueología de Mérida.

La carga simbólica del canibalismo

Palmira Saladié, investigadora del IPHES y de la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona, ha subrayado que el canibalismo es una de las conductas más complejas de interpretar, debido a la propia dificultad que implica el consumo de seres humanos por parte de otros humanos, a lo que ha sumado los prejuicios de la sociedad actual, que tiende a interpretar esa conducta siempre como un acto de barbarie.

Saladié ha destacado la relevancia del hallazgo por enmarcarse en un momento temporal (final del Neolítico) en el que se desconocía que existiera el canibalismo y corroborar así que es una conducta "mucho más común de lo que habíamos pensado", y aunque los investigadores no han hallado evidencias de rituales o ceremonias, ha observado que "es difícil pensar que no las hubiera".

La arqueología, la paleontología y la etnología están demostrando -ha aseverado- que el canibalismo siempre ha existido "y siempre ha tenido una carga simbólica muy profunda" aunque no deje señales "visibles o legibles" para los investigadores -como las evidencias de ritos funerarios o ceremonias- .

La científica ha insistido en contextualizar cualquier episodio de canibalismo en su momento histórico y cultural y en no catalogarlo siempre como un acto de barbarie. "Algunos actos de canibalismo se pueden llevar a cabo por sentimientos tan buenos como el amor o la piedad hacia el prójimo (como comerse a un familiar por compasión o para adquirir sus propiedades) otros por puro desprecio (comerse a un enemigo para reducirlo a heces), o como un ejercicio de supervivencia".

Ni restos de ceremonia ni de hambruna extrema

“No estamos ante una tradición funeraria ni ante una respuesta a una hambruna extrema”, ha explicado el investigador Francesc Marginedas, del IPHES, y ha incidido en que las evidencias apuntan a una posible acción violenta, dado el corto espacio de tiempo en el que sucedió todo, apenas unos días, posiblemente entre comunidades campesinas en conflicto.

Todo apunta a un enfrentamiento intergrupal, con la eliminación de un grupo familiar completo.

Los investigadores han relacionado este episodio con otras masacres del neolítico europeo, como las de Talheim (Alemania) o Els Trocs (Huesca), pero el caso de El Mirador constituye la evidencia del consumo sistemático de las víctimas; un comportamiento similar y de la misma época en los que se ha vinculado la violencia entre grupos y el canibalismo se ha descrito también en yacimientos como la Cueva de Fontbrégoua en Francia o en Herxheim (Alemania).

Este estudio amplía además los hallazgos realizados en la cueva de El Mirador, donde ya se había documentado otro caso de canibalismo, aunque más reciente (Edad del Bronce, hace entre 4.600 y 4.100 años), pero ahora ha quedado demostrado que estas prácticas ya existían en el Neolítico final. 

EFE