Castilla-La Mancha Hoy

"Intento no usar mucho la palabra ayuda, prefiero acompañamiento"

Hablamos con Lucía, madre de Romeo, un niño de seis años que tiene ceguera.

Sara Santos Beato
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Conexión 1030 es la sección tributo al periodista Juan Ramón Levia en la que escuchamos historias que pasan desapercibidas para los grandes medios, pero que se convierten en extraordinarias por la entidad de sus protagonistas.

Ana Molina nos acerca a la historia de Lucía, madre de Romeo, un niño de cinco años que tiene ceguera. Hemos querido conocer cómo es su día a día, qué retos enfrenta y, sobre todo y no menos importante, el proceso de aprendizaje. 

Lucía cuenta que "fue un embarazo perfecto" del que tiene un recuerdo maravilloso. Fue en la primera consulta con el oftalmólogo cuando les dijeron que "Romeo no veía y que no iba a ver, había muy poca posibilidad de que viera pero que aún así podían intentarlo y operarle para conseguir un 10% de visión en uno de los ojos. Pero le operaron y fue sin éxito".

En ese momento Lucía, recuerda, que solo quería huir, no quería al bebé (luego se sintió fatal), ni quería vivir. "Nadie te habla de la discapacidad, aunque es algo real y existe", explica Lucía.

"Cuando hablamos de personas con ceguera pensamos automáticamente en lo que no pueden hacer, cuando son la minoría de las cosas"Lucía, madre de Romeo, niño de 6 años que tiene ceguera

Romeo es una fuente de aprendizaje para Lucía: "su cabeza va mucho más allá que la mía y me lleva a sitios inesperados. La verdad hay muchas veces que tengo que tirar hasta de Google porque yo no tengo tanta información como como la que él quiere conocer".

Lucía destaca que hay ciertos comportamientos que hacemos, quizá sin darnos cuenta, que no ayudan. Por ejemplo, cuando alguien a quien Romeo no ve desde hace mucho tiempo le pregunta "¿sabes quién soy?". "Bastantes obstáculos tiene la vida como como para que las personas que le conocemos también andemos con estas", explica Lucía. Algo que se debe al desconocimiento. En primer lugar, destaca, el miedo a acercarte a una persona con discapacidad, por no saber llevarlo, por no saber cómo comunicarte con esa persona

Es como una reacción automática, que cuando hablamos de alguien con ceguera, explica Lucía, pensamos en lo que no puede hacer cuando son la minoría de cosas. "Adaptándolo y con acompañamiento se pueden hacer muchísimas más cosas de las que creemos", afirma la madre de Romeo. 

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